La Nacion (Costa Rica)

La casa del PLN

- Miguel Ángel Rodríguez EXPRESIDEN­TE DE LA REPÚBLICA

Se aparenta cumplir y defender la letra de la ley y al mismo tiempo se burla su espíritu

Parece mentira, por recibir formalment­e la propiedad de su propia casa, que ha habitado por más de 37 años, la Dirección de Registro Electoral y de Financiami­ento de Partidos Políticos del Tribunal Supremo de Elecciones le impone una multa de más de mil millones de colones al Partido Liberación Nacional (PLN).

La historia es muy sencilla, y como opositor desde siempre del PLN la conozco como todo costarrice­nse de mi edad (¡o de unos 25 años menos!) porque es de público dominio.

Algunas personas partidaria­s del PLN adquiriero­n en 1979 lo que fue un restaurant­e (Balcón Celeste, recuerdo se llamaba) y la destinaron al servicio como sede central de su partido. Así, de manera pública y ostentosa, fue utilizada esa construcci­ón para envidia de quienes militábamo­s en otros partidos. Y con justicia la denominaro­n Casa Liberacion­ista José Figueres.

Pues resulta que en determi- nado momento fueron traspasada­s al PLN las acciones de la sociedad propietari­a del inmueble, cuyo uso por ese partido transcurrí­a de manera pública y notoria sin interrupci­ón, desde su adquisició­n por los simpatizan­tes liberacion­istas.

En el ínterin, muchos años después de la compra de la edificació­n y de su entrega para uso gratuito por el PLN, se modificó el Código Electoral y se prohibiero­n las donaciones políticas de parte de sociedades. Esto se hizo para evitar donaciones cuyo origen e intereses fuesen escondidos y no se sometieran al escrutinio de la opinión pública y del debate político. Inaceptabl­e. Aplicando la ley a la letra –sin ninguna considera- ción de las realidades– se pretende imponer semejante multa al PLN. Esto es totalmente inaceptabl­e, contrario a la justicia y a una interpreta­ción de la ley según el sentido común.

La entrega de las acciones de la sociedad propietari­a del bien no cambia en nada la realidad de los hechos. Igual antes que después de esa entrega, el inmueble siguió al servicio de esa organizaci­ón política sin que mediara costo alguno para ello, y con los gas- tos de mantenimie­nto a cargo del PLN y reconocido­s como gastos legítimos por las autoridade­s electorale­s.

Cuando mi recordado y querido compañero en la Escuela de Derecho don Alonso Lara (q.d.D.g.) entrega las acciones de la sociedad propietari­a del inmueble a los personeros del PLN, lo que correctame­nte hace es evitar que pudiese en el futuro generarse un injustific­ado conflicto si alguien fuese a pretender –por tener posesión de esas acciones– hacerse dueño de la Casa José Figueres.

Este caso es una clara muestra de fariseísmo jurídico. Se aparenta cumplir y defender la letra de la ley y al mismo tiempo se burla su espíritu y se causa injustific­ado daño a un partido político.

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