México teme guerra entre carteles del narcotráfico
CIUDAD DE MÉXICO. AFP. - El secuestro de un hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín el ChapoGuzmán, en juicio de extradición a Estados Unidos, encendió alertas en México ante una potencial guerra entre los carteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, señalado como responsable del plagio.
Jesús Alfredo Guzmán Salazar, de 29 años, es uno de los seis hombres “levantados”(como se denomina a los secuestrados por el narcotráfico) la madrugada del lunes en un lujoso restaurante de Puerto Vallarta, ciudad de balnearios en el Pacífico mexicano.
Los gobernadores de Jalisco, donde actúa el cartel Nueva Generación y al que autoridades responsabilizan del plagio, y de Sinaloa (noroeste), donde opera la organización de Guzmán, advierten de potenciales venganzas mientras que Nayarit –pequeño estado localizado entre los anteriores y, de momento, territorio neutral– refuerza su seguridad.
El gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, admitió el martes que teme un “recrudecimiento de la violencia” cuando se presentan brotes en su estado tras vivir en relativa calma.
“No es un asunto ajeno o aislado (...); es un problema donde hay una lucha entre carteles y organizaciones criminales”, dijo Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco.
Puerto Vallarta, que alberga lujosos hoteles, está ubicado cerca de Nayarit, que ya toma previsiones con puestos de seguridad carreteros.
“Llegaron más elementos para reforzar los ingresos carreteros en el sur de Nayarit, enfocándonos principalmente con Puerto Vallarta”, manifestó un mando policial que pidió no ser identificado por no estar autorizado a dar declaraciones.
La guerra por el control de las rutas del narco y las venganzas entre capos han desatado una ola de violencia en México.
Según cifras oficiales, más de 166.000 personas han sido asesinadas y más de 27.000 están desaparecidas desde diciembre del 2006, aunque las autoridades no detallan cuántos están ligados al narcotráfico. BRASILIA. AFP. - La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, irá personalmente al Senado el 29 de agosto para defenderse durante el juicio de destitución que dejó su mandato al borde del abismo.
“Ella va”, dijo escuetamente ayer un portavoz de la mandataria, separada de sus funciones desde el 12 de mayo.
El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien conducirá el proceso, detalló que Rousseff podrá comparecer ante el Senado el 29 de agosto, cuatro días después de iniciada la fase final del impeachment , que se estima durará cinco días como máximo.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, anticipó el miércoles en la mañana que la votación podría realizarse al día siguiente de la presentación de Rousseff.
Acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos a espaldas del Congreso, el mandato de Rousseff se tambalea. Derrotada holgadamente en todas las votaciones desde que fue aceptado el proceso de destitución el 2 de diciembre del 2015, existe un amplioconsenso entre los senadores de que no conseguirá salvar su cargo.
Consultada por el diario Folha de São Paulo acerca de si no temía actitudes agresivas de los senadores, Rousseff manifestó: “Nunca tuve miedo de eso. Aguanté tensiones bien mayores en mi vida. Es un ejercicio de democracia”.
El martes, Rousseff, una economista que luchó contra la dictadura y fue encarcelada y torturada cuando militaba en una guerrilla marxista, hizounagónico llamado al Senado en una carta abierta, para que ponga fin al impeachment en nombre de la democracia y afirmó ser “inocente” de los cargos.
Poco después de que Rousseff divulgó su misiva, la Corte Suprema de Justicia aceptó abrir la primera investigación formal sobre la mandataria para dilucidar si intentó obstaculizar la investigación de Petrobras, que tiene en la mira al expresidente Luis Inácio Lula da Silva y llevó a prisión al tesorero del PT, a varios directivos de la petrolera y a empresarios.