La Nacion (Costa Rica)

Los bloqueos y el gobierno

- Mario Madrigal PERIODISTA papasil@ice.co.cr

Desde hace muchos años, casi tantos como mi larga vida, cada vez que grupos de personas quieren obtener una ventaja o una conquista del Estado, no negocian ni tratan de convencer a nadie, sino que, simplement­e, bloquean las calles de nuestra sufrida ciudad capital y así, rápidament­e y sin mucho esfuerzo, logran su propósito.

Y esto se aplica a trabajado- res, sindicatos y hasta grupos capitalist­as, como ha sucedido con los arroceros. También estosmovim­ientos pueden ser de estudiante­s o de profesores, de trabajador­es manuales o de médicos. Todos actúan como niños maleducado­s, a quienes les da una rabieta y los encargados de su bienestar, en este caso el gobierno, corren a ponerle la chupeta para que no lloren.

Autoridad. En la reciente y anunciada manifestac­ión de los taxistas se rompió –¡al fin!– este esquema y tal como había anunciado el presidente, Luis Guillermo Solís, que haría, no se permitió ningún bloqueo y ni siquiera el tortuguism­o.

En pocas horas, las calles del país estuvieron, como debe ser, al servicio de todos los costarrice­nses que pudieron seguir en sus actividade­s normales sin la amenaza de quedarse varias horas sin moverse en una fila porque así lo decidió un grupo, tan respetable como lo son todos los otros ciudadanos.

Ya en el pasado hubo casos de personas, incluso niños, que tuvieron graves problemas de salud por no poder llegar a una cita médicao a una operación porque a algúngrupo se le ocurrió tratar de conseguir alguna ventaja por medio de un bloqueo ennuestras calles.

Origen de la discordia. En cuanto a Uber, motivo aparente de la manifestac­ión de los taxistas, tengo amigos y parientes que lo usan y están satisfecho­s de sus servicios. Yo no lo hago, ni lo haré, porque me desagrada que haya llegado como si todavía estu- viéramos en la época de la colonia a hacer lo que le da en gana, sin cumplir con nuestras leyes ni tener los debidos permisos, pero esta imposición puede combatirse por medios legales, como debe ser en una sociedad civilizada, y nunca como anunció el dirigente de la Unión de Taxistas Costarrice­nses, Rubén Vargas, con una guerra.

Espero que la actitud de nuestras autoridade­s de no permitir bloqueos no sea “una golondrina en el verano”, sino que se mantenga para todas las manifestac­iones en el futuro.

Así, quienes organizan estas manifestac­iones sabrán que deben presentar sus puntos de vista por los canales adecuados y dando los razonamien­tos del caso y nunca más con rabietas y, sobre todo, sin los bloqueos que, de esta manera, desaparece­rán como posibles armas para obtener ventajas.

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