La Nacion (Costa Rica)

Falta de datos impide levantar plantas para potabiliza­r agua del océano

Sin éxito, Setena pidió estimar daño a especies marinas por residuos de equipos

- Juan Fernando Lara S. jlara@nacion.com

La omisión de datos técnicos y la incertidum­bre creada por ese olvido frenó el permiso ambiental para cuatro plantas para potabiliza­r agua de mar.

Estos equipos toman el líquido del mar y lo convierten en agua potable, lo que ayuda a atenuar el faltante de ese recurso en zonas costeras.

La viabilidad ambiental negada era para cuatro proyectos residencia­les localizado­s en Cuajiniqui­l, Sámara y Santa Cruz (Guanacaste) y otro en Cóbano (Puntarenas), indicó la resolución 1322-2016 de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena).

Estos permisos los solicitó el mismo desarrolla­dor, identifica­do como Condominio­s Vista del Sol, precisa el documento de la Setena.

Esa instancia denegó, el 24 de mayo pasado, todas las solicitude­s. Luego, el 21 de julio de este año declaró inadmisibl­e un recurso de revocatori­a que planteó la empresa contra la decisión de mayo.

Ante preguntas del tema, el representa­nte legal de Condominio­s Vista del Sol, Esteban Vargas Garita, evitó referirse.

Setena cuestionó la falta de estudios técnicos sobre biología, oceanograf­ía, calidad del agua en el sitio de las obras y, en particular, la localizaci­ón de dónde se depositarí­an las aguas residuales de las plantas, producto de retirar la sal al agua marina tratada.

¿Qué es? La desaliniza­ción con estas plantas consiste en empujar agua marina a alta presión por una membrana donde quedan la sal y arena, que luego se devuelven al mar como salmuera.

Según la Setena, en ningún caso se detallaron los sitios para las tomas de agua marina, ni el ducto para el desecho de la salmuera o cómo se iba a dispersar estaya de regreso al océano.

La salmuera es agua con una altísima concentrac­ión de sal resultante, en este caso, del proceso de las plantas de desaliniza­ción.

Eduardo Murillo, del área de Evaluación Ambiental de la Setena, insistió en la correcta deposición de la salmuera.

“Tenemos que asegurar que la salmuera se deposite en puntos del mar despoblado­s de especies y verificar el adecuado tránsito, de ida y vuelta por tierra, del agua de mar y la salmuera”, explicó.

La Setena, adscrita al Ministerio de Ambiente y Energía, señaló que en dos de los sitios propuestos para las plantas hay presencia de flora marina (macro algas y octorales) que podría dañarse.

“Ante la falta de informació­n técnica respecto a la fragilidad o susceptibi­lidad de estas especies por eventuales cambios en las condicione­s físicas o químicas, no es posible determinar si habrá afectación”, indica el escrito.

Añadió que los argumentos del desarrolla­dor para explicar la falta de estudios (mareas, oleaje, nivel del mar, corrientes, salinidad, temperatur­a y batimetría, entre otros) “solo refuerzan la necesidad de realizar de manera detallada estos estudios”.

Sin embargo, las propias autoridade­s apoyan esta forma de conseguir agua potable.

Crece interés. El viceminist­ro de Aguas, Fernando Mora, comentó que “hay alrededor de siete peticiones de permisos ambientale­s para iniciativa­s similares”.

Es tal la carencia de agua en Guanacaste –Mora recordó– que estos equipos para despojar de sal el agua marina se perfilan como la respuesta a largo plazo para atender necesidade­s de riego, hotelería y consumo humano en las costas de esa provincia.

“Estamos por publicar un nuevo reglamento para regular las plantas de desaliniza­ción y esperamos en 10 días publicar en el diario oficial La Gaceta una consulta pública sobre el texto”, comentó el viceminist­ro.

El funcionari­o precisó que el refrescami­ento del texto se centra en aspectos como vigilancia del posible impacto de estos equipos en hábitats marinos; viabilidad ambiental de la instalació­n y seguridad para la salud humana.

Enla propuesta del texto también participar­on el Instituto Costarrice­nse de Acueductos y Alcantaril­lados (AyA) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráne­as, Riego y Avenamient­o (Senara), del Ministerio de Agricultur­a y Ganadería.

Aun cuando el reglamento está por definirse, ya existe una planta de desaliniza­ción en funciones que superó los requisitos exigidos por la Setena.

Primera del país. En julio pasado empezó a operar la primera planta de desaliniza­ción del país, en el hotel Reserva Conchal, a dos kilómetros al noroeste del cruce de Huacas, en Guanacaste.

La instalació­n, valorada en $2 millones, provee 23 litros de agua potable por segundo para consumo humano y para riego de la propiedad, precisó Gisela Sánchez, vocera de Reserva Conchal, empresa subsidiari­a de Florida Ice and Farm Company (Fifco).

El área construida abarca aproximada­mente 1.000 metros cuadrados referidos al área donde se localizan cuatro módulos de desaliniza­ción de agua de mar, sin contar tuberías de trasiego.

El diseño y la construcci­ón de las plantas se inició en 2014 y, con su entrada en operación, se satisfará aproximada­mente 19% del consumo actual de la propiedad.

Sánchez señaló que el equipo alivia solo parte del problema de suministro, y afirmó que se han intensific­ado medidas de control interno para un uso eficiente del líquido que seguirán extrayendo de pozos localizado­s en el mismo terreno en el que se encuentra el complejo hotelero.

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