Envejecer con salud: reto a nivel mundial
Los malos hábitos de salud, adoptados cada vez a edades más jóvenes, complican el reto de una vejez saludable. El sedentarismo, la alta ingesta de grasas y azúcares y el poco consumo de frutas y verduras, así como los altos niveles de estrés que pueden conducir a dormir menos de lo necesario, hacen más difícil alcanzar la meta.
Estos hábitos tienen como consecuencia el sobrepeso, obesidad, hipertensión y diabetes, lo que aumenta el riesgo de enfermedades más graves después de los 65 años.
“La capacidad funcional aumenta en los primeros años de la vida, alcanza la cúspide al comienzo de la edad adulta y, a partir de entonces, empieza a declinar”, dijo, en un comunica- do, John Beard, director del Departamento de Envejecimiento y Ciclo de Vida de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El ritmo está determinado por nuestro comportamiento y las cosas a las que nos exponemos a lo largo de la vida; lo que comemos, la actividad física y nuestra exposición a riesgos como fumar, el consumo nocivo de alcohol o la exposición a sustancias tóxicas, pero no podemos evitar que los genes jueguen, y en algunos casos, no están hechos para un envejecimiento favorable”, añadió.
A esto se le une el reto de que cada vez hay más adultos mayores. Entre 2000 y 2050, la proporción de los mayores de 60 años se duplicará del 11% al 22%. En números absolutos, se pasará de 605 millones a 2.000 millones en el transcurso de medio siglo.