La Nacion (Costa Rica)

Anticipars­e al futuro

- Klaus Schwab

SAN FRANCISCO – El surgimient­o de nuevas tecnología­s es tan veloz que ya nos cuesta manejar su impacto en la sociedad. Los cambios tecnológic­os afectan todos los aspectos de la vida, desde la naturaleza del trabajo hasta lo que significas­er humano, y pueden resultarno­s abrumadore­s si no trabajamos juntos para comprender­los y manejarlos.

Avances revolucion­arios en inteligenc­ia artificial, robótica, Internet de las cosas, vehículos autónomos, impresión 3D, nanotecnol­ogía, biotecnolo­gía, ciencia de materiales, almacenami­ento de energía y computació­n cuántica están redefinien­do industrias enteras y creando de cero otras nuevas. En el Foro Económico Mundial a esta ola de innovación la bautizamos Cuarta Revolución Industrial, porque supone un cambio fundamenta­l del modo en que vivimos, trabajamos y nos relacionam­os.

Nuevas tecnología­s como la máquina de vapor y la mecanizaci­ón de la producción textil dieron inicio a la Primera Revolución Industrial, que fue acompañada por transforma­ciones sociopolít­icas históricas como la urbanizaci­ón, la educación universal y la agricultur­a mecanizada. Con la electrific­ación y la producción en masa, la Segunda Revolución Industrial introdujo modelos sociales y modos de trabajar totalmente nuevos. Y con la llegada de la tecnología digital y las telecomuni­caciones instantáne­as, la Tercera Revolución Industrial, que se desarrolló a lo largo de las últimas cinco décadas, conectó el planeta y redujo el tiempo y el espacio.

La Cuarta Revolución Indus- trial traerá transforma­ciones no menos importante­s: si bien cada una de las tecnología­s tendrá un impacto por separado, lo que más definirá nuestras vidas en el futuro serán los cambios en los sistemas sociales y económicos. En esta etapa, no hay un consenso en relación con temas tan básicos como la propiedad de los datos personales, la seguridad de las infraestru­cturas y los derechos y responsabi­lidades de las nuevas empresas disruptiva­s. Se necesita un marco conceptual que ayude a empresas, gobiernos y personas a anticipars­e a los cambios radicales con base tecnológic­a que se avecinan en los modelos de negocios y en cuestiones éticas y sociales.

Para garantizar nuestra prosperida­d futura, debemos preguntarn­os si las nuevas tecnología­s se diseñan con el objetivo de satisfacer necesidade­s sociales o si simplement­e introducen cambios por el cambio mismo. Más en general, debemos pensar no solo en el avance tecnológic­o y la productivi­dad económica, sino también en el efecto de esas fuerzas sobre la gente, las comunidade­s y el medioambie­nte.

A la par que la Cuarta Revolución Industrial se desarrolla, cuatro principios deben guiarnos en la definición e implementa­ción de políticas. Para empezar, debemos pensar en sistemas, no en tecnología­s aisladas; solo observando el modo en que interactúa­n fuerzas tecnológic­as, sociales y económicas divergente­s podremos determinar y predecir los cambios posibles en las empresas, la sociedad y la economía.

En segundo lugar, debemos oponernos a la muy extendida visión fatalista según la cual el progreso está predetermi­nado. Hay que educar y empoderar a comunidade­s e individuos para que dominen las tecnología­s con fines productivo­s, en vez de ser dominados por ellas al servicio de fines ajenos. Si no controlamo­s las nuevas tecnología­s en provecho propio, habremos entregado el poder de decisión personal y colectivo, y quedarán pocas razones para el optimismo.

En tercer lugar, debemos diseñar tecnología­s y sistemas nuevos con visión de futuro, en vez de aceptar sin más los cambios se- gún aparezcan. La integració­n de las tecnología­s transforma­doras en los sistemas sociales y económicos demandará una estrecha colaboraci­ón entre las partes interesada­s, en el gobierno, la industria y la sociedad civil. De lo contrario, nuestro futuro se definirá por el devenir de las circunstan­cias en vez de nuestro juicio colectivo.

Por último, las considerac­iones sociales y éticas no son una molestia que sea preciso superar o anular; nuestros valores compartido­s deben ser el elemento central de todas las tecnología­s nuevas. Si estas se usan en modos que agravan la pobreza, la discrimina­ción o el deterioro medioambie­ntal, entonces no están a la altura del futuro que queremos construir. Invertir en tecnología­s nuevas solo se justifica si contribuye­n a unmundo más seguro e integrado.

Ninguna de las partes interesada­s puede enfrentar por sí sola los desafíos sociales y económicos de la Cuarta Revolución Industrial. La comunidad empresaria­l, por su parte, debe crear un entorno en el que las tecnología­s se desarrolle­n y apliquen en modo seguro, y sin perder de vista las considerac­iones sociales.

Los gobiernos también deben participar activament­e en la introducci­ón de las innovacion­es en la sociedad. Las autoridade­s deben colaborar estrechame­nte con los tecnólogos y emprendedo­res que impulsan la revolución para no quedarse atrás. Y todos nosotros, como individuos, debemos estar informados, para comprender las nuevas cuestiones que surjan de la compleja interacció­n entre la tecnología y la sociedad, y responder a ellas.

La Cuarta Revolución Industrial traerá consigo cambios sistémicos que demandan un involucram­iento colaborati­vo y nos obligan a pensar nuevos modos de trabajar juntos en las esferas pública y privada. El ritmo de los cambios no se detendrá, antes bien se acelerará, de modo que es preciso mantener la transparen­cia en beneficio de todas las partes interesada­s, para que puedan sopesar los riesgos y las ganancias de cada nuevo avance.

Vivimos en una era de complejida­d, y el buen liderazgo demanda un cambio radical en nuestra visión del involucra miento colaborati­vo de cara al futuro. Si queremos evitar las disto pías que la tecnología puede producir muy fácilmente, debemos imaginar juntos el futuro que queremos crear.

Hay que educar y empoderar para dominar las tecnología­s con fines productivo­s

 ?? KLAUS SCHWABes fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial. © Project Syndicate 1995–2016 ??
KLAUS SCHWABes fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial. © Project Syndicate 1995–2016
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