Jonathan Moya cuenta sobre su vida en Ucrania
El futbolista puede comprar con $10 muchos artículos en el supermercado
Jonathan Moya está encantado en Ucrania.
Además de cumplir su sueño de ser legionario, con el club Zirka, disfruta de vivir en un país muy barato, según cuenta.
Por ejemplo, asegura que mientras una gaseosa de medio litro cuesta cerca de ¢600 en Costa Rica, en Ucrania vale ¢150.
Moya afirmó que consigue una promoción de dos pizzas medianas, un refresco dos litros y postre por $10 (¢5. 580 al tipo de cambioactual); eso en Costa Rica ronda los ¢7.500 sin postre.
“Mi familia y yo hablamos de que es un paísmuy barato; voy al supermercado y compro cosas como frutas, barras de cereal y algunos frescos para tener en la habitación y si acaso gasto $10 , y eso que lleno las bolsas”, explicó.
El tico lleva una vida muy tranquila en el país europeo: vive en un hotel y recibe alimentación de parte del club, el Zirka.
Los retos principales que ha afrontado el delantero son el idioma y el frío.
“Con la lengua rusa, ha sido complicado. Una vez estaba haciendo compras y, en eso, la muchacha que cobraba me preguntó algo y yo no sabía qué contestarle, al final, alzó la mano y señaló las bolsas. Era si quería una bolsa. Hay palabras que no domino para nada, pero con las señas me la juego”, describió.
Para comunicarse con sus compañeros en el camerino, el jugador cuenta con un traductor, quien está en todo momento disponible para el nacional.
El clima es otro asunto que ha puesto a trabajar al tico, porque para salir o entrenar se debe poner al menos cuatro abrigos, un par de buzos y un gorro. Aun así, Moya suma tres ingresos de cambio, un juego de titular y un gol.
Para las prácticas, se pone una licra, una camisa térmica y abrigo, más el uniforme de entrenar.
“En temperaturas bajas ya había estado, pero aquí se siente más porque haymucha llovizna; entonces, el frío es muy fuerte”, contó. El nacional se alista para ver el termómetro caer hasta los 2 grados centígrados e incluso, bajar de cero.
En cuanto a la alimentación, se declara amante de las sopas, y considera a los ucranianos especialistas en la elaboración de sustancias de pollo y carne.
A Moya también lo impresionó el orden vial que tienen en la ciudad de Kropyvnytskyi. “Tienen muchos pasos para el peatón y todos son respetados. Algo que no comprendo es que no usan el cinturón de seguridad, de hecho, un día me lo iba a poner y se me quedaron viendo como extraño”, recordó entre risas.
Sin rastro de conflicto. En Kropyvnytskyi, Moya no ha visto rastro del conflicto político que vive el país donde ahora reside.
Hay un conflicto en las zonas limítrofes entre Ucrania yRusia, y un sector de la población ucraniana aboga por unirse a Rusia.
Sin embargo, para Jonathan sí ha sido curioso ver la presencia de militares.
“Cuando llegué al aeropuerto, sí había mucho militar y eso me impactó. De momento, no he visto muchas cosas; cerca del estadio hay una base militar, pero la verdad, nada fuera de lo normal. Es un país que ha tenido muchos problemas, pero me parece que la situación está controlada”, opinó el costarricense.
Así, Jonathan Moya vive tranquilo en un país que, de momento, parece ofrecerle muchas ventajas, como el bajo costo.