La Nacion (Costa Rica)

¡Elías, vaya traiga la bola!

- José David Guevara jguevara@elfinancie­rocr.com

Uno se llamaba Alexánder. Medianamen­te alto. Blanco. Delgado. De temperamen­to fuerte. El nombre del otro era Elías. De mediana estatura. Blanco, aunque menos. No sé cuál era su música favorita. Bonachón.

Ambos se unían ocasionalm­ente a nuestras mejengas en la plaza de fútbol ubicada al costado norte del viejo edificio de la Facultad de Derecho, en el campus de la Universida­d de Costa Rica en San Pedro de Montes de Oca.

Alexánder era más técnico, con mejor dominio del balón, en tanto que Elías compensaba su menor control de la bola con las tremendas ganas con que jugaba; terminaba bañado en sudor de pies a cabeza.

De vez en cuando ocurría, al calor e intensidad del juego, que la redonda rodaba caía en el patio de la Facultad de Derecho. Para recuperarl­a había que deslizarse por una pendiente de tierra de varios metros, y luego escalar para reincorpor­arse a la diversión.

Cuando el balón caía en terrenos de los futuros abogados, fiscales, jueces y magistrado­s, no se hacía esperar el grito de Alexánder: “¡Elías, vaya traiga la bola!” En caso de que aquella especie de orden no fuera acatada de inmediato, el mandato incluía una amenaza: “¡Elías, vaya traiga la bola; si no, dejamos de ser amigos!”

Ante esa situación, Elías optaba por llenarse de tierra bajando la pendiente para recoger la bola y luego subir jadeando por el esfuerzo que demandaba la tarea.

No había un solo mejenguero a quien no le llamara la atención aquel episodio que se repetía unay otra vez en una cancha cuya gradería consistía en un jardín con árboles y desniveles donde algunas parejas le rendían culto a Eros.

A veces nos incomodaba tanto que algún voluntario corría a traer la número 5 marca Molten.

Como suele suceder, con el paso de los años, muchos nos perdimos de vista. Durante mucho tiempo no volví a saber absolutame­nte nada de ambos amigos, por lo que hace unos tres o cuatro años me propuse buscarlos; después de mucho esfuerzo, hallé el número de teléfono de Alexánder, a quien llamé con gran emoción.

Sin embargo, la respuesta fue cortante, distante, fría. Posiblemen­te, alguna vez me ordenaron que trajera la bola, si no dejábamos de ser amigos, y no obedecí.

 ?? AP ?? Pep Guardiola se mostró cabizbajo luego del tercer gol del Barcelona. El técnico manifestó que su escuadra tuvo opciones; sin embargo, dio muchas libertades en defensa y eso les pasó la factura.
AP Pep Guardiola se mostró cabizbajo luego del tercer gol del Barcelona. El técnico manifestó que su escuadra tuvo opciones; sin embargo, dio muchas libertades en defensa y eso les pasó la factura.
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