La Nacion (Costa Rica)

El viaje a Managua

-

La invitación a un grupo de legislador­es costarrice­nses, con gastos pagados por el Parlamento de Nicaragua, nunca debió ser considerad­a

El viaje a Nicaragua de un grupo de diputados, con gastos pagados por el Parlamento de ese país, nunca debió ser considerad­o. Las razones para declinar la invitación abundan, comenzando por las tensiones todavía no resueltas entre Costa Rica y el oficialism­o sandinista, cuyo control de la Asamblea Nacional es completo.

Pero miembros de un Parlamento de incuestion­able legitimida­d democrátic­a deben pensarlo dos veces antes de caer en la grave contradicc­ión de visitar a sus supuestos homólogos cuando hace poco votaron para censurarlo­s por la arbitraria destitució­n de 28 legislador­es de oposición.

La complicida­d del Parlamento sandinista­enlos desafueros­no está en duda. La maniobra, ejecutada en pleno proceso electoral, estuvoa cargodela Junta Directiva de la Asamblea Nacional, controlada por el sandinismo. Entre los destituido­s figura el coordinado­r de la principal coalición opositora, Eduardo Montealegr­e.

La moción de censura, aprobada sin apoyo del Frente Amplio ni de una parte delPartido Acción Ciudadana, contiene una “excitativa al Gobierno de la República de Costa Rica para que active todos los mecanismos internacio­nales y, en el ejercicio de sus competenci­as, promueva ante la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) y la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) que se adopten medidas tendientes a que el Gobierno de Nicaragua asegure la restitució­n del orden en el Parlamento nicaragüen­se”.

Por otra parte, los diputados hicieronvo­tos por la neutralida­d e independen­cia del Consejo Supremo Electoral en los comicios recién celebrados para ungir a Daniel Ortegacomo presidente y a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresid­enta de laRepúblic­a. Las elecciones no fueron limpias y las esperanzas de la Asamblea Legislativ­a, como era de esperar, fueron traicionad­as.

Los diputados no pueden disimular la contradicc­ión entre esos resultados y la disposició­n de discutir siquiera la invitación formu- lada por las autoridade­s de la nación vecina. No se sabe quiénes son los 16 invitados a Managua, pero solo elFrente Amplio y los sectores del PAC próximos a su orientació­n ideológica podrían aceptar sin abandonar la coherencia. No prestaron sus votos a la moción de censura y representa­ntes de los primeros siempre han viajado ala capital nicaragüen­se para festejar las efemérides sandinista­s. Si legislador­es de esas fracciones decidieran visitar Managua, su viaje debe ser de claro carácter personal.

Con solo considerar la posibilida­d de atender la invitación oficial, las demás fracciones caen en una inevitable y grosera contradicc­ión que pone en duda la firmeza de los principios hace poco defendidos. Las declaracio­nes del libertario José Alberto Alfaro, organizado­r del viaje, subrayan el punto. Ahora, a pocos meses de aprobada la moción de censura y apenas celebrada la reelección de Daniel Ortega, resulta que el Parlamento nicaragüen­se “está debidament­e constituid­o” y “las democracia­s se encuentran en las condicione­s en que se encuentran”.

Es un alto precio a cambio de muy poco. Según Alfaro, el propósito es asistir a una charla de tres horas con legislador­es nicaragüen­ses para hablar del funcionami­ento de su Parlamento y del desarrollo económico y turístico en los últimos años. El programa se completará con “visitas a lugares culturales”.

“Es una visita de confratern­idad y para disfrutar de las diferentes cosas bonitas que tiene Nicaragua”, dijo Alfaro con candidez. En general, el propósito es limar asperezas, añadió, aunque de la invitación no se había informado al Ministerio de Relaciones Exteriores. Esa omisión aumenta las preocupaci­ones suscitadas por el viaje. Los legislador­es metidos a diplomátic­os podrían introducir distorsion­es en la relación bilateral. No puede extrañarno­sque en cuanto se supo de la invitación, el presidente Luis Guillermo Solís, el canciller Manuel González y el presidente legislativ­o Antonio Álvarez Desanti la estimaran inconvenie­nte.

En cuanto se supo de la invitación, el presidente Luis Guillermo Solís, el canciller Manuel González y el presidente legislativ­o Antonio Álvarez Desanti la estimaron inconvenie­nte

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica