La Nacion (Costa Rica)

Pactos y rupturas de Fidel Castro con los gobiernos de Costa Rica

- Natasha Cambronero natasha.cambronero@nacion.com

El dictador cubano Fidel Castro y los gobiernos de Costa Rica protagoniz­aron pactos y rupturas a lo largo de 60 años. Cuando hubo amistad, hubo armas de por medio. Cuando hubo enemistad, pesó la crítica costarrice­nse hacia el sistema político implantado en Cuba.

Con perfil bajo y sin mucho ruido, Fidel Castro Ruz estuvo en Costa Rica a inicios de 1956, en busca de armas y dinero para financiar la revolución que, tres años después, provocó la caída del régimen del dictador Fulgencio Batista, en Cuba.

Se reunió con exiliados cubanos, con miembros del Partido Comunista y con el entonces presidente José Figueres Ferrer. Se le vio en la célebre soda Palace, en plena Avenida Segunda de San José y se hospedó con su primer nombre, Alejandro, en el Gran Hotel Costa Rica, a escasas tres cuadras.

En la estadía, la única que realizó al país, Castro logró que Figueres se comprometi­era a ayudarlo en su revolución. Y el apoyo se materializ­ó en marzo de 1958, cuando el gobierno de Costa Rica envió tres aviones cargados de armas a la Sierra Maestra, en Cuba, donde acampaba la guerrilla castrista.

Años después, Castro reconoció que sin esa ayuda la historia sería otra y habrían perdido frente a las tropas de Batista.

Así se lo dijo Castro al otrora vicecancil­ler costarrice­nse y actual embajador en Cuba, Rodrigo Carreras. Se lo mencionó en julio de 1994, en el acto de creación de la Asociación de Estados del Caribe, en Colombia.

“Él se sentó a la par mía du- rante la mayor parte del tiempo, yo no sabía qué hablar con él, pero al final, terminamos hablando y él agradeció la ayuda que José Figueres le dio cuando él estaba en la Sierra Maestra y me reconoció que, si no hubiese sido por esa ayuda, la historia habría cambiado en la Sierra Maestra porque esa ayuda fue realmente histórica e hizo que unos meses después, pudiera entrar a La Habana”, relató Carreras a La Nación.

Figueres Ferrer incluso viajó a una celebració­n del triunfo de la revolución, el 22 de marzo de 1959 en La Habana, en el avión privado de Fidel Castro. Para esa época, el líder costarrice­nse ya había concluido su segundo mandato.

Sin embargo, en esa ocasión Figueres y Castro vivieron un enfrentami­ento. En la Plaza de la Revolución, ante miles de personas, José Figueres llamó a los cubanos a no distanciar­se de Estados Unidos y recitó una serie de consejos sobre cómo debía ser la revolución en Cuba en adelante.

Tales declaracio­nes generaron malestar en Castro. El disgusto fue tal que el presidente de la Federación Cubana delTrabajo, David Salvador, le quitó el micrófono –se presume que lo hizo a solicitud de Castro, quien fungía como primer ministro– y lo mandaron a sentar.

Según reportó La Nación el 23 de marzo de 1959, Figueres hizo un llamado a la solidarida­d latinoamer­icana con EE. UU. en la lucha mundial contra la Unión Soviética. “Reconozco que Estados Unidos está en guerra y que el antiimperi­alismo no es una guerra contra Estados Unidos”, declaró.

Posteriorm­ente, Fidel Castro tomó el micrófono y refutó lo dicho por Figueres, no sin antes llamarlo “nuestro gran amigo”.

“Contra la revolución cubana se ponen de acuerdo la reacción nacional y la reacción internacio­nal porque las campañas de prensa de los monopolios de las agencias internacio­nales han encon- trado eco en la prensa reaccionar­ia de todo el continente que ha publicado las mentiras y calumnias que envían las agencias cablegráfi­cas, porque se ha hecho tan tremenda la campaña pertinaz que aun hombres como Figueres, que suponíamos libre de temores y prejuicios, han sido influidos. Así nos han tratado de aislar”, replicó Castro.

En ese acto, Figueres compartió tarima con Raúl Castro, hermano de Fidel y actual presidente de Cuba; Ernesto elCheGueva­ra y Camilo Cienfuegos, hombres clave para el dictador.

Orlando Núñez, quien fue el secretario de Prensa de Figueres en su tercermand­ato (1970-1974), agregó: “El quitarle el micrófono generó un enfriamien­to y después una enemistad. Cuando don Pepe vio el sesgo que tomaba la revolución, la cercanía con la Unión Soviética, se puso abiertamen­te en contra de Fidel, al punto de que él le ofreció territorio (en Costa Rica) a un grupo de cubanos para que, desde aquí, orquestara­n invadir Cuba. Dijo públicamen­te: ‘Nosotros los apoyamos a ustedes en contra de Fidel Castro; si necesitan territorio también se lo damos’”.

Núñez había sido compañero deFidel Castro en laUniversi­dad de La Habana, cuando estudiaban Derecho. Él narró que abandonó la isla porque lo persiguier­on a causa de que presidía la juventud del Partido Liberal, que se oponía a los revolucion­arios.

La enemistad entre Castro y Figueres se prolongó hasta mediados de la década de los 80, cuando el expresiden­te viajó a La Habana para reunirse con Fidel Castro, continuó Núñez.

Ruptura. En 1961, dos años después del incidente en La Habana, Costa Rica rompió con Cuba.

El presidente que lo decidió fue Mario Echandi (1958-1962), quien firmó un decreto en el que se adhería a la Declaració­n de San José, documento de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), impulsado por Estados Unidos, que instaba a los países de la región a romper las relaciones con el régimen de Castro.

Posteriorm­ente, en el país germinó un movimiento en contra de la Revolución cubana. El gobierno de Francisco José Orlich (1962-1966) permitió el establecim­iento de campamento­s contrarrev­olucionari­os cubanos.

Por Somoza. El distanciam­iento no impidió que, años más tarde, en el periodo de Rodrigo Carazo (1978-1982), Fidel Castro brindara apoyo al gobierno costarrice­nse y al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la época del derrocamie­nto de Anastasio Somoza, en Nicaragua.

El ministro de Seguridad de entonces, Juan José Echeverría Brealey, contó este sábado que Cuba prestó ocho baterías antiaéreas, después de que, el 27 de diciembre de 1978, Somoza amenazara con bombardear territorio costarrice­nse debido a su respaldo a la milicia sandinista.

Sin embargo, el apoyo de Castro llegó a través de un intermedia­rio. Echeverría asegura que Estados Unidos no quiso colaborar con el argumento de que Costa Rica no tenía ejército. La administra­ción Carazo intentó comprar baterías antiaéreas a Francia e Israel, pero que no podía costear el anticipo que cobraban.

Entonces, relató el exministro, él acudió al general panameño OmarTorrij­os quien, a suvez, gestionó el préstamo con Castro: “Cuba nos dio toda la ayuda que necesitába­mos. Hubo una actitud de solidarida­d y apoyo ante el peligro inminente de una invasión por parte de Somoza”.

Por ese préstamo, la administra­ción de Carazo fue censurada por la Asamblea Legislativ­a.

Durante esa época, además, por Costa Rica pasaron armas provenient­es de Cuba y otros países, comoPanamá, para el ejército sandinista.

Restableci­miento. Fue hasta el 18 de marzo del 2009, en la segunda administra­ción de Óscar Arias (2006-2010), cuando se puso fin a 48 años de ruptura diplomátic­a.

El distanciam­iento se había acortado: ya había relaciones comerciale­s y, desde la década de los 70, se instalaron consulados en La Habana y en San José.

El embajador Carreras añadió que el expresiden­te José María Figueres Olsen (1990-1994) se reunió varias veces, durante su mandato, con Fidel Castro.

 ?? ARCHIVO LN ?? Fidel Castro y Óscar Arias conversaro­n el 10 de agosto de 1988 en la toma de posesión de Rodrigo Borja, en Ecuador. En el 2009, Arias restableci­ó relaciones con Cuba.
ARCHIVO LN Fidel Castro y Óscar Arias conversaro­n el 10 de agosto de 1988 en la toma de posesión de Rodrigo Borja, en Ecuador. En el 2009, Arias restableci­ó relaciones con Cuba.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica