Un dispositivo que empodera al que lo anda
Cuando surgió la idea de colocarme una tobillera, la pregunta que se vino a la mente de muchos fue: “¿No le da pena que la vean con eso?”.
La respuesta la tuve en la primera hora de andar con el dispositivo: “No”. Por el contrario, el hecho de que la gente le tema a uno, genera un empoderamiento.
Manuel Delgado, coordinador de la Unidad de Seguimiento y Vigilancia Electrónica del Ministerio de Justicia, aseguró que ya se les han presentado casos, en los cuales, el reo siente esa superioridad, por portar el aparato.
“Tenemos casos en los que la persona ha sido sentenciada a dispositivo y viene del Tribunal para que se le coloque. Pero, como la sentencia no está en firme, no se le puede colocar. Eso molesta a la persona porque quería llevarse puesto el dispositivo porque ¡qué chiva es!”, detalló.
Según el jefe, los reos lo consideran como un “símbolo de poder” ante su grupo y las demás personas.
“Ellos tienen que entender que esto no los convierte en un superhéroe, ni que es el más malo”, agregó Delgado.
Tratamiento.
Para evitar que ese sentimiento aparezca, Delgado comentó que en la entrevista de ingreso, se le recuerda su situación y, que cualquier acción, puede agravarla.
“Le recordamos que está en una condición no favorable porque tiene sentencia. Sus conductas no pueden agravar su situación. Lo que buscamos en entrevista es que la persona entienda que cometió un delito, que va a cumplir la sentencia con un dispositivo porque así lo determinó un juez. Y que el aparato es solo para descontar su pena; nada más que eso”, insistió Delgado.