Le Pen lucha por desmentir los augurios de su derrota
PARÍS. AFP- La candidata de extrema derecha Marine Le Pen, quien entró a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas. espera poder captar antes del 7 de mayo “los 10 puntos” que le faltan para conquistar el Elíseo.
“Diez puntos, créanme, es perfectamente factible”, dijo el lunes por la noche la aspirante, quien no tira la toalla pese a que los sondeos la dan unánimemente por derrotada frente al joven centrista proeuropeo Emmanuel Macron.
“Podemos ganar, y es más, vamos a ganar”, aseveró la líder eurófoba que “soñaba” desde hace meses con un enfrentamiento con este exbanquero de 39 años, a quien describe como el “representante de la globalización salvaje”.
Para la jefa del Frente Nacional, que se apartó temporalmente de la presidencia del Partido para dedicarse de lleno a la campaña, la segunda ronda tomará la “forma de un referendo”, en el que los franceses tendrán dos opciones: Francia o su “desaparición”.
Insuficiente. Este discurso le permitió ya clasificarse en la primera vuelta con 7,7 millones de sufragios. Pero, para tener la más mínima posibilidad de imponerse, Marine Le Pen deberá cosechar votos más allá de su electorado.
Una tarea que se ve difícil después de que un frente republicano empezó a formarse desde la noche de la primera vuelta para impedir su victoria, con un sinnúmero de figu- ras de izquierda y derecha que han llamado a sufragar contra la extrema derecha.
La candidata, que llama a la unidad de todos los “patriotas”, se lanzó de lleno a la campaña rápidamente; para ello multiplicó sus visitas de terreno y entrevistas televisivas sobre sus temas predilectos –inmigración y seguridad–, mientras que su contrincante ha optado por la discreción, lo que ha levantado algunas críticas.
Para imponerse el 7 demayo, Le Pen tendrá que duplicar el número de sufragios que obtuvo en la primera vuelta (7,69 millones), si la participación se mantiene al mismo nivel. Para esto, tendría que encontrar argumentos que seduzcan a electores normalmente ajenos a su discurso político. La abstención podría también jugar a su favor. “Según las estadísticas, Marine Le Pen tiene pocas probabilidades, pero, si pasamos a 70% de participación (frente a 77,7% el domingo), se achicaría el número de votos que necesita” para ganar, señaló Matthieu Chaigne, de Délits d’Opinion. En esta hipótesis, Le Pen tendría una ventaja, ya que, según las encuestas, la hija del líder histórico de la extrema derecha cuenta con un electorado más sólido que Macron, por quien un número de electores votó “por defecto” en la primera vuelta.
Le Pen intenta conquistar a los votantes del candidato conservador François Fillon, eliminado tras una campaña salpicada de escándalos judiciales.
Pocas figuras de la derecha se han declarado a su favor. La mayoría de los líderes republicanospiden votar por Macron. Según un sondeo, 41% de los electores seguirían esta consigna de voto, mientras 33% podrían votar por Le Pen.
El Frente Nacional busca también conquistar al 19,5% de electores del izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon, que no ha dado ninguna consigna.