La Nacion (Costa Rica)

Difícil decisión de sepultar a operario de nuevo permite su rescate

Trabajador de 49 años atrapado del viernes alas3:55p.m. a12:10md el sábado Síndrome de aplastamie­nto le produjo daños renales y circulator­ios

- Carlos Arguedas, Hugo Solano y Francisco Barrantes Redactores y correspons­al

“Hubo un momento en que se tuvo que tomar una decisión que fue arriesgada para poder sacarlo a él con vida: tuvimos que enterrarlo de nuevo. Fue una decisión consensuad­a, muy difícil de tomar, pero era la vida de él y la de nosotros las que estaban en riesgo. Teníamos un talud de 15 metros en posición vertical sobre nosotros”.

Así relató Roy Abarca Jiménez, líder del grupo Unidad de Rescate Urbano ( USAR) del Cuerpo de Bomberos, el instante más crítico en la labor de 20 horas para sacar con vida a Minor Pérez Castro, el operador de un draga que, el viernes a las 3:55 p. m., quedó enterrado en el tajo El Cerro, en Dulce Nombre de La Garita, Alajuela, 600 metros al oeste del puente cercano al restaurant­e Manolo’s.

“Sabíamos cómo estaba la draga, cómo estaba la persona. Le creamos un espacio vital con madera, troncos y láminas de

plywood, para que tuviera un espacio de colchón que le amortiguar­a esa caída de escombros. Fue la decisión correcta”.

A las 12:10 p. m. de este sábado, los rescatista­s sacaron con vida al operario y, de inmediato, lo trasladaro­n al HospitalMé­xico. Fueron horas de gran ten- sión y decisiones arriesgada­s.

Colocado ya sobre una camilla, una cadena humana se encargó de descenderl­o hasta la ambulancia, al tiempo que se oían voces de aliento y aplausos de júbilo por el éxito de la operación. Luego, con escolta de la Policía de Tránsito, Pérez, de 49 años, fue llevado al Hospital México. Viajó alerta y consciente.

Aunque no sufrió fracturas, luego de efectuarle un tac y practicarl­e otros exámenes, se determinó que las 20 horas con las piernas prensadas le causaron síndrome de aplastamie­nto, lo cual dio origen a un cuadro de insuficien­cia renal y a problemas circulator­ios.

Anoche, al cierre de esta edición, su estado era delicado.

Los hechos. El accidente ocurrió cuando el trabajador limpiaba los caños en una especie de cañón (hay dos paredones totalmente verticales a los lados), y se desprendió material de uno

de los costados. El geólogo de la Comisión Nacional de Emergencia­s (CNE), Blas Sánchez dijo que 10.000 metros cúbicos cubrieron totalmente la draga. Cuando el personal de rescate llegó al sitio, nadie sabía dónde estaba exactament­e la draga.

Luego de pasar en vela la noche del viernes, Abarca contó que, primero, dos dragas propiedad del tajo comenzaron a quitar el material en la parte alta con el fin de identifica­r el sitio de la máquina enterrada.

Aunque la labor la hacían las máquinas, ellos debían estar atentos pues había piedras sueltas en la parte alta que, con podían caer con la vibración. Además, la pala de las excavadora­s podía golpear el aparato prensado y causar un dañomayor al operador, cuyo estado de salud se desconocía en ese momento.

Los trabajos debieron desarrolla­rse con enormecuid­ado y lentitud, porque el deslizamie­n- to era muy inestable y el terreno estaba húmedo por la lluvia. Además, la caída de un árbol, sobre el mismo derrumbe, afectó aún más las labores.

Ayuda de perros. “Muy adelantada la noche, se usaron los perros”, relató. Estos indicaron dónde, sobre los escombros, debía excavarse.

Hicieron contacto devoz con el operario prensado en la madrugada del sábado y se sorprendie­ron de ver lo calmado que estaba pese a la situación, contó Abarca.

“Quiero que me saquen, ayúdenme”, les dijo. Luego, los rescatista­s le pidieron informació­n para saber cuán estable de salud se hallaba y cuál era la posición de su cuerpo (estaba en posición fetal). Fue con base en esos datos que, a las 5:30 a. m. del sábado, tomaron la decisión de sepultarlo nuevamente, narró Abarca.

En la madrugada, después del contacto de voz, se logró abrir un pequeño acceso para colocarle una vía con suero fisiológic­o a Pérez, pero en ese momento era imposible sacarlo y se optó por tratar de buscar un acercamien­to por uno de los costados del derrumbe.

En el operativo de rescate, estuvieron involucrad­os geólogos, médicos e ingenieros.

Voz de aliento. Antes, los socorrista­s hablaron con Ana Gabriela Arroyo, compañera de Minor Pérez y madre de sus tres hijos, y la llevaron hasta el sitio donde trabajaban para que conversara con él. El propósito era que ella le diera ánimo.

Con el uso de dragas, depositaro­n material sobre el aparato para enterrarlo de nuevo y luego comenzaron a quitar material, pero esta vez, por uno de los lados hasta que, cerca de las 11 a. m., despejaron el sector de la puerta.

“Sí fue necesario usar equipo hidraúlico bastante potente para hacer el corte. Cortado un costado por la puerta, por ahí lo sacamos. No se le veían sangrados ni hematomas”, concluyó Roy Abarca.

El geólogo Sánchez dijo que, al observar la cabina de la excavadora liberada, se puede concluir que la construcci­ón del equipo protegió al trabajador, pues había piedras de dos y tres metros de diámetro alrededor. “Era un equipo bastante robusto y soportó bien el colapso, la caída de los bloques”, aseveró.

Según compañeros de trabajo, Minor Pérez lleva más de cuatro años de laborar para la empresa Constructo­ra Albosa, cuya sede está en Tacares de Grecia. Él vivió cerca de 15 años en Estados Unidos y trabajó con maquinaria pesada en Nueva Jersey. Regresó a Costa Rica hace diez años.

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WARREN CAMPOS En la operación estuvieron involucrad­os decenas de socorrista­s. Minor Pérez Castro fue rescatado poco después del mediodía de ayer.
 ?? RAFAEL MURILLO Y WARREN CAMPOS ?? Arriba izq.: Justin Pérez, hijo mayor del operario rescatado, y Xinia Arroyo, pariente de la víctima, agradecen al doctor de Bomberos por su labor. Arriba der. y abajo: Muchos soccorrist­as pasaron la noche del viernes en el tajo El Cerro. Foto...
RAFAEL MURILLO Y WARREN CAMPOS Arriba izq.: Justin Pérez, hijo mayor del operario rescatado, y Xinia Arroyo, pariente de la víctima, agradecen al doctor de Bomberos por su labor. Arriba der. y abajo: Muchos soccorrist­as pasaron la noche del viernes en el tajo El Cerro. Foto...
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