La Nacion (Costa Rica)

Sospechoso­s de crimen de policía quedaron en prisión

Guarda de finca donde oficial murió a balazos y chofer que llegó allí con furgón

- Gustavo Fallas M. gustavo.fallas@nacion.com

Dos sospechoso­s de participar en el asesinato de un policía que atendió el robo de un contenedor cargado de tilapia en San Isidro de Heredia, el sábado pasado, pasarán cuatro meses en prisión preventiva por decisión del Juzgado Penal de Heredia.

Uno de los sujetos, de apellidos Cortés Benavides, es el guarda de la quinta donde fue hallado el cargamento robado, y el otro, de apellidos Arroyo Jiménez, es el chofer que llevó la carga hasta la propiedad.

A ellos se les investiga por el homicidio del policía Óscar Ramírez Vindas, de 42 años, que se produjo la madrugada del 12 de agosto en un tiroteo en elquetambi­én resultó herido el oficial Leonel Jiménez Araya, de 36 años, quien recibió un balazo en la mandíbula.

Según Pablo Calvo, jefe en Heredia del Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ), están tras la pista del pistolero que mató al policía. Asimismo, podría haber más involucrad­os, pues dos carros salieron a toda velocidad después de la balacera.

Calvo explicó que los dos oficiales llegaron a verificar si el contenedor que había sido robado horas antes estaba en el lugar. Cortés los atendió y mientras conversaba con ellos, otro sujeto les disparó.

El policía que sobrevivió relató que el chofer que llevó el camión hasta el lugar, se encargó de mover la patrulla para que salieran dos carros que estaban en la propiedad. En uno de ellos huyó el gatillero. Móvil. Pese a que dio positivo el análisis hecho por la Unidad Canina del OIJ al buscar rastros de droga en el contenedor abandonado en la quinta, la Policía Judicial descarta un tumbonazo de droga, ya que se revisaron las cajas de la mercadería y las paredes del vagón y no apareció nada. Calvo dijo que el camión fue asaltado con la idea de vender la tilapia en el mercado negro, donde valdría unos ¢50 millones. El camión había salido de Cañas, Guanacaste, la noche del viernes, con destino al aeropuerto Juan Santamaría, pues el cargamento iba a ser exportado a Estados Unidos. Cerca de las 9 p. m., el conductor se detuvo a un lado de la vía cerca del cruce de Miramar de Puntarenas para orinar. En ese momento, fue intercepta­do por varios sujetos, quienes lo amarraron, lo metieron al camarote y se lo llevaron.

Luego de varios kilómetros, se detuvieron sobre la ruta 27 y pasaron el contenedor a otro cabezal que era conducido por Arroyo Jiménez, quien se encargó de llevarlo a la quinta.

El otro chofer y el cabezal fueron abandonado­s sobre la carretera Florencio del Castillo.

Gracias a que la empresa dueña del contenedor lo pudo rastrear por el sistema de geolocaliz­ación satelital (GPS), se conoció su ubicación exacta.

Cuando los oficiales llegaron al lugar, ocurrió la balacera que acabó con la vida de Ramírez.

La quinta donde ocurrió el crimen es de un extranjero que está fuera del país. y el administra­dor es un vecino de la zona, quien dijo que el guarda se encargaba de vigilar el lugar en las noches. El caso sigue abierto.

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GESLINE ANRANGO El funeral del oficial que murió cumpliendo su trabajo, Óscar Ramírez Vindas, se realizó este domingo en el templo católico de San Josecito, en San Isidro de Heredia. Sus jefes y compañeros de la Fuerza Pública le rindieron un homenaje.

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