Trump agita aguas al repartir culpas por la violencia racial
AEquiparó a los supremacistas blancos y a quienes los denunciaron AExpresidentes Bush exhortan a rechazar ‘el odio bajo todas sus formas’
WASHINGTON. AFP. - El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, estaba ayer en medio de otra tormenta tras sus comentarios sobre los hechos de violencia en Charlottesville, que suscitaron profundo malestar en el seno de su propio partido y que podrían marcar un giro en su presidencia.
Al afirmarque “ambas partes” eran responsables de la violencia que sacudió esa pequeña ciudad de Virginia –donde una manifestante antirracista fue ultimada por un simpatizante neonazi– el gobernante cruzó, 200 días después de asumir el cargo, un límite muy significativo.
Sus palabras, pronunciadas en un tono acusador desde la Torre Trump y elogiadas por un exlíder del Ku Klux Klan (KKK) por su “coraje”, dejaron mudos a varios legisladores. Y dieron la muy clara impresión de que esas expresiones eran lo que Donald Trump pensaba realmente, y no lo que dijo al día siguiente cuando leyó en la Casa Blanca una declaración de condena a la “violencia racista”.
Republicanos molestos. Señal clara del malestar: los republicanos no se agolparon en los estudios de televisión para defender al magnate republicano. Las únicas voces que emergieron fueron críticas.
“En Charlottesville, los errores están claramente del lado del KKK y de los supremacistas blancos”, declaró en la cadena ABC Ronna Romney McDaniel, quien dirige el Comité Nacional Republicano.
“Es necesario que repare los daños y es necesario que los republicanos hablen alto y fuerte”, afirmó, en NBC, el gobernador de Ohio, John Kasich, quien fue rival de Donald Trump en las primarias republicanas.
Además, advirtió sobre el riesgo “de conducir la presidencia a un terreno que no es aceptable para el país”.
Los expresidentes republicanosGeorge H.W. Bush yGeorge W. Bush divulgaron un comunicado conjunto ayer, en el que llamaron a “rechazar el racismo, el antisemitismo y el odio bajo todas sus formas”.
Sin citar a Trump, los Bush resaltaron la necesidad de recordar las palabras de Thomas Jefferson, principal redactor de la Declaración de Independencia de Estados Unidos: “Todos los hombres han sido creados iguales”.
Durante una improvisada conferencia de prensa en el lob
by de la Torre Trump, en Manhattan, Trump equiparó a los supremacistas y a los manifestantes que los denuncian.
Criticó a “la izquierda que atacó a la alt right( término para designar a la derecha alternativa)”, ydestacó conunafórmula que quedó en la mente de todos que había gente “muy buena” en ambos lados.
Numerosos observadores recuerdan que el actual mandatario alimentó durante años una teoría del complot con tintes racistas acerca del lugar de nacimiento de Barack Obama, antes de desecharlo sobre el final de la campaña.
El sábado, poco después de los episodios de violencia, había provocado una ola de indignación al negarse a condenar, explícitamente, los grupúsculos de los que salió el militante neofascista que embistió con su coche a contramanifestantes. ■
Culpa pareja “YO MIRÉ ATENTAMENTE, MUCHO MÁS ATENTAMENTE QUE LA MAYORÍA DE LA GENTE. HABÍA UN GRUPO DE UN LADO QUE ERA AGRESIVO Y OTRO GRUPO DEL OTRO LADO QUE TAMBIÉN ERA MUY VIOLENTO. NADIE QUIERE DECIRLO. Donald Trump Presidente de Estados Unidos