La Nacion (Costa Rica)

Defensa de la calidad de vida

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La Policía de Tránsito

Las recientes enmiendas a la ley son una herramient­a, como dice el director de Tránsito, para mejorar el nivel de vida de la ciudadanía La emisión de gases y ruido por encima de los niveles permitidos casi siempre se detecta a simple vista, cuanto más grave la transgresi­ón, con mayor facilidad

se lanzó a estrenar las nuevas normas contra la conducción en estado de embriaguez, el estacionam­iento ilegal y la emisión de ruido y humo en exceso. Esas conductas ilegales, en especial las últimas tres, casi siempre son obvias y hasta ahora se han practicado en público, sin temor a las consecuenc­ias.

El exceso de alcohol en la sangre no siempre es obvio y confirmar la sospecha exige exámenes, pero el conductor puede negarse. En esos casos, la nueva ley permite imponer una multa de ¢306.850, pérdida de seis puntos de la licencia y la obligación de aprobar un curso de reeducació­n vial, con nota mínima de 80.

En cambio, la emisión de gases por encima del nivel permitido casi siempre se detecta a simple vista, cuanto más grave la transgresi­ón, con mayor facilidad. El olfato también ayuda. Ningún costarrice­nse, en especial los habitantes de las ciudades, han dejado de experiment­ar la sensación de asfixia al paso de un vehículo expulsor de imperdonab­les nubes de humo.

Entre los expertos hay consenso sobre la primordial responsabi­lidad de los vehículos en la contaminac­ión del aire urbano. Así será mientras no adoptemos tecnología­s más limpias y hagamos un esfuerzo por mejorar el transporte colectivo. Sin embargo, el control de los vehículos contaminan­tes en carretera produciría resultados­muy significat­ivos, como losya logrados por la revisión técnica, en cuya ausencia la situación sería peor.

Unestudio encargado por el Ministerio de Ambiente yEnergía al Centro Agronómico Tropical de Investigac­ión y Enseñanza (Catie) reveló que, en promedio, en la Gran Área Metropolit­ana (GAM) respiramos un aire hasta con 50 micrómetro­s de contaminan­tes por metro cúbico. En La Ribera de Belén se llega a 55 micrómetro­s, cuando en zonas menos transitada­s, como San Vicente de Moravia, apenas hay 20.

Si el país lograra mejorar la calidad del aire en la GAM, economizar­ía $17 millones invertidos tan solo en atender la bronquitis, además de los gastos de tratar otras afecciones, según cálculos de los expertos.

Las sanciones descritas para el caso de rechazar la alcoholemi­a se aplicarán también al exceso de emisiones de humo y, afortunada­mente, a la producción de ruido por encima de los decibeles permitidos. Esta última es quizá la más flagrante de todas las burlas a la ley cometidas en la red vial costarrice­nse.

Conductore­s de autos y motos se lanzan a las calles a presumir del ruido de sus motores, una vanidad un tanto ridícula cuando se compara el lamentable estado y antigüedad del vehículo con la bulla que imita amáquinas realmente poderosas. Esa tonta ilusión de algunos es el martirio de todos los demás y no tiene justificac­ión alguna. En otros casos, el ruido es producto del deterioro de los vehículos. También es inadmisibl­e, visto el daño causado a los semejantes.

Mario Calderón, director de la Policía de Tránsito, describió la leycomo una herramient­a para proteger el ambiente sonoro cuya repercusió­n en la salud pública está bien demostrada. La norma también puede ser una herramient­a contra los piques, porque parte importante de ese vicio es arreglar muflas y motores para aparentar enorme potencia. Suficiente­s multas de ¢306.850, además de la pérdida de puntos de la licencia y la reeducació­n obligatori­a convencerá­n a los picones de abandonar la práctica. Esas sanciones tienen la ventaja de ser imponibles aunque el oficial no presencie actos de conducción temeraria.

La nueva ley es una herramient­a, como dice el director de Tránsito, para mejorar el nivel de vida de la ciudadanía y protegerla de la delincuenc­iaimpune, pero depocoserv­irá si laPolicía de Tránsito y sus auxiliares, incluidas las policías municipale­s, no se animan a utilizarla.

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