Impuestos sin razón
Los últimos gobiernos nos han fallado en lo esencial. Nuestros jóvenes trabajadores pierden su mayor tesoro: el tiempo. Con la isquemia de nuestras arte- rias, es difícil imaginar un futuro provisorio. Con altos impuestos a los automóviles y una de las tasas más altas de derecho de circulación debería estar solventado el problema.
Por otro lado, en educación, la brecha se ahonda cada vez más y miles de hogares hacen grandes esfuerzos para brindar a sus hijos la mejor educación posible. El promedio de notas en bachillerato es reflejo de esta realidad, porque el 8,7% del estudiantado proviene de la educación privada y estos llegan a ocupar el 30 % de la matrícula de la UCR.
Según la encuesta nacional de hogares (Enaho), la mitad de los estudiantes de las universidades públicas pertenecen a las familias de mayores ingresos, mientras que en las universidades privadas esta categoría corresponde al 37 %. De hecho, el 80% de los préstamos de Conape son para estudiantes de universidades privadas.
Además, es evidente que la CCSS está colapsada. No se crea que los hospitales y clínicas privadas están pletóricos de pa- cientes muy pudientes. Mucha gente empeña su casa y compromete su peculio para salvar su vida o la de un familiar. El gobierno pretende gravar con más impuestos la educación y la medicina privadas, ¡qué desfachatez!
Franco Alvarenga Venutolo
San José