La Nacion (Costa Rica)

Limitacion­es a la energía solar.

Con la excusa de proteger a la industria local, Estados Unidos impuso aranceles a la importació­n de equipos necesarios para generar energía solar El verdadero peligro está en dar la espalda al desarrollo, la competenci­a y la innovación. Eso es cierto en W

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Con la excusa de proteger a la industria local, EUA impuso aranceles a la importació­n de equipos para generar energía solar.

El costo de aprovechar la energía solar ha caído un 70 % en los últimos siete años, de $7,50 a $1 por vatio. El avance resulta de la incorporac­ión de China y otras naciones a la producción de paneles. La industria estadounid­ense no ha conseguido iguales resultados y el 95 % de los paneles comerciali­zados en ese país son importados, la mitad de ellos desde Malasia y Corea del Sur.

Con la excusa de proteger a la industria local, la administra­ción del presidente DonaldTrum­p, tan escéptica frente al desarrollo de fuentes alternativ­as de energía, acaba de imponer aranceles a la importació­n de los equipos necesarios, con lo cual encarecerá la explotació­n del Sol yhará más atractivo el empleo de hidrocarbu­ros, causantes del calentamie­nto global según elabrumado­r consenso de la ciencia.

La barrera arancelari­a será cuestionad­a en la Organizaci­ón Mundial del Comercio y constituye un paso en dirección a la guerra comercial, con medidas recíprocas de restricció­n de importacio­nes y consecuenc­ias lamentable­s para la economía mundial. Pero en el caso de los productos necesarios para explotar fuentes limpias de energía hay un peligro mayor, porque la urgencia de desplazar el uso de hidrocarbu­ros es cada día más obvia.

Los tres últimos años fueron los más cálidos desde el inicio de los registros en 1880 y el derretimie­nto de los glaciares es una especie de reloj de arena que evidencia, a simple vista, el paso del tiempo bajo los efectos del calentamie­nto global. Ciudades costeras en todo el mundo, incluidos los Estados Unidos, ya encaran los altísimos costos, económicos y humanos, del aumento en el nivel de las aguas.

Suvi Sharma, presidente ejecutivo de Solaria, empresa california­na con plantas de producción en Corea del Sur y los Estados Uni- dos, admitió a The New York Times que los nuevos aranceles son un incentivo para trasladar operacione­s a este último país, pero expresó preocupaci­ón por el desarrollo de la industria solar en un mercado energético competitiv­o. Los aranceles impulsarán la producción de equipos solares en Estados Unidos, pero ¿a qué costo?, preguntó el ejecutivo.

La pregunta parece limitada al costo económico, pero es imprescind­ible considerar, en estos casos, el costo ambiental. La economía del futuro no podrá fundarse en el consumo de carbono, simple y sencillame­nte por razones de superviven­cia. El abaratamie­nto de la energía limpia es, desde esa perspectiv­a, una causa de la humanidad.

Afortunada­mente, el abandono de las fuentes contaminan­tes no está reñido con la economía. Para visualizar­lo, es preciso hacer de lado el cortoplaci­smo de los proteccion­istas y reconocer que, con todo y los equipos importados a bajo precio, California cuenta con más empleos en su pujante sector de energías limpias que los proporcion­ados en todo Estados Unidos por la minería del carbón, actividad predilecta del presidente Trump.

El plan quinquenal presentado en el 2017 por China enfatiza la inversión en autos eléctricos, baterías de gran capacidad, energía nuclear, eólica y solar. Estados Unidos y otros países tienen recursos para competir con éxito en esas áreas, aun sacando ventaja de insumos baratos importados, sin contar el estímulo a la producción de otros bienes y servicios derivado de abaratar la energía.

El verdadero peligro está en dar la espalda al desarrollo, la competenci­a y la innovación. Eso es cierto en los Estados Unidos y también en Costa Rica, donde el proteccion­ismo en el campo energético se manifiesta de otras formas, igualmente nocivas.

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