‘Fake news’ calan más en personas más radicales
Este recurso de noticias falsas es muy usado durante campañas políticas
“Si yo tengo una opinión muy fuerte y me encuentro un fake
news( noticia falsa) que es congruente con lo que yo pienso y creo, lo voy a ver como cierto. Aún más si veo que individuos en los que yo confío comparten ese fake news en sus redes sociales. Podrán aparecer personas que me den datos que lo hagan ver falso, pero es difícil que yo les crea”.
El costarricense Carlos Brenes Peralta, doctor en Psicología Social e investigador y profesor en Comunicación Política de la Universidad de Amsterdam, define así lo volubles que pueden ser algunas personas con ideas extremas en momentos de campaña política.
El término fake news describe, según el diccionario Collins (que la escogió como la palabra del 2017), a cualquier “información falsa, a menudo sensacionalista, diseminada bajo la apariencia de un reportaje de noticias”.
Este tipo de informaciones falsas se hicieron famosas durante la campaña que llevó a Donald Trump al poder. De acuerdo con Brenes, la época electoral es propicia para que muchas personas deseen en- viar o difundir fake news.
“Cuando un tema es muy importante para mí y tengo una opinión fuerte sobre eso, voy a sentir una amenaza sobre ese tema y voy a reaccionar. Es lo que pasa con temas como el matrimonio igualitario –que tiene un peso en esta campaña política costarricense en particular– olasmigraciones. Sucedeentodos los países”, dijo Brenes.
¿Hay personas más vulnerables a esto? De acuerdo con quienes han estudiado el tema, esto no tiene que ver tanto con el nivel educativo, sino, con el estar “casado” con determinada ideología o partido político.
Brenes, quien estudió el tema de comunicación política para su tesis de doctorado, indicó: “Cuando una información que veo en línea, sea fake o no, va en contra de mis opiniones, voy a escrudriñarla y criticarla más. Si no, voy a ser más laxo con ella. La responsabilidad que debo tener como lector y como votante es cuestionar todo, someterlo al mismo escrutinio”.
Otras investigaciones. El de Brenes no es el primer estudio en explorar cómo las informaciones falsas pueden afectar a ciertos sectores de la población con ideas “más pasionales” de un punto de vista en específico, ya que es un tema muy analizado en diferentes partes delmundo en los últimos dos años.
Por ejemplo, una investigación de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, reveló que quienes dicen confiar más en su intuición en las actividades de la vida cotidiana y no exploran tanto los contextos, también son más proclives a no analizar todos los textos que se encuentran en Internet o redes sociales y podrían fácilmente creer en los fake news.
El análisis, publicado en 2017 en la revista PLOSOne, tomó en cuenta tres estudios de opinión que comprendían entre 1.000 y 5.000 personas cadauno. Los investigadores vieron que las personas que tendían más a seguir su instinto sin verificarlo, eran más proclives a creer cualquier cosa que leían, sobre todo si era afín a su pensamiento.
“La habilidad de ciertos grupos de tomar como ciertas afirmaciones que son falsas o teorías de conspiración, pone a la sociedad en jaque para tomar decisiones bien informadas”, manifestó, en un comunicado de prensa, Kelly Garret, autora principal de ese reporte.
Otro trabajo, esta vez de la Universidad de Columbia en Nueva York y divulgado en setiembre del 2017 en la revista Proceedings of the National Aca
demy of Sciences (PNAS), indicó que los individuos tendían a creer más una afirmación falsa si la veían compartida en redes sociales por quienes consideraban “líderes de opinión”.
Para ello, los científicos hicieron varios experimentos para los que reclutaron a 211 personas, las cuales primero entraron a un sitio web simulado en donde leían noticias. Se les indicó que algunas eran ciertas y otras falsas, y se les pidió señalar si eran verdaderas o no.
En el segundo, se les dio la opción de ponerlas en duda y requerir verificar la información.
Los investigadores vieron que, cuando se les dio la opción de verificar la información, esta fue la alternativa que los participantes más utilizaron.
Sin embargo, si una de estas afirmaciones era de alguien respetable para cada participante, tendían a darla como correcta.
Finalmente, el consejo de Brenes es que no importa cuán afín a su pensamiento sea esa información que usted lee, aplique también a esas publicaciones la rigurosidad que les plantearía a las que están en desacuerdo con su posición.
“No se deje llevar por las pasiones que puede generar una forma de pensar”, concluyó.