La Nacion (Costa Rica)

Pérdidas cuasifisca­les del Banco Central

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El Central no debe recurrir al endeudamie­nto para mantener altas reservas y restar al tipo de cambio su función como variable de ajuste.

La función

deun banco central en laseconomí­as modernas es suplir los medios de pago para que el aparato productivo funcione a cabalidad en un entorno de estabilida­d interna y externa de la moneda, objetivos que podrían entrar en conflicto. El central coadyuva a la estabilida­d interna si sus políticas conducen a una inflación baja. Pero la estabilida­d externa tiene que ver con el tipo de cambio y en esto pueden (y suelen) mediar factores que están fuera del control de la autoridad monetaria. Una política de tipo de cambio fijo (que en la práctica solo significa “fijo hasta nuevo aviso”), en un entorno globalizad­o, sujeto a presiones demuy diversa índole de origen interno o externo, como el de Costa Rica, no es lo más convenient­e para las economías y por eso casi ningún país delmundo la sigue en la actualidad. Incluso, los que como Panamá o El Salvador tienen por moneda el dólar estadounid­ense, están sujetos a las fluctuacio­nes de esa moneda en relación con otras. La opción del tipo de cambio variable es mejor.

Cuando se opera con tipos de cambio variables, normalment­e se acepta que la autoridad monetaria intervenga para evitar movimiento­s violentos en el tipo de cambio, pero no para alterar la dirección fijada por el mercado. Esto lo logra comprando divisas cuando el precio baje demasiado, y vendiendo cuando se eleve de formaatípi­ca. Enesteempe­ño, el banco central debe definir cuándo se está en presencia de un movimiento atípico y explicar, posteriorm­ente, cuando actúe para evitarlo. Además, el ente emisor cumple a cabalidad la función de suavizar los picos si con sus intervenci­ones no acumula ni pierde divisas a lo largo del tiempo.

El Banco Central de Costa Rica dice actuar de conformida­d con los principios enunciados. Sin embargo, los datos sugieren que no lo hace de manera coherente. Aunque sus operacione­s de compra y venta de divisas, y las de otra naturaleza, no deberían causar pérdidas financiera­s, en el 2017 las hubo (cuasifisca­les) equivalent­es a un 0,4 % del valor de la producción nacional (PIB). Al final de ese año, el endeudamie­nto ascendió a unos ¢2 millones de millones, un 6,1 % del PIB, y por eso incurrió en una carga de intereses equivalent­e al 0,54 % del PIB. Todo esto, inevitable­mente, se suma a los problemas presupuest­arios del Gobierno Central.

Es cierto que parte de las pérdidas del Banco Central obedecen a operacione­s ejecutadas años atrás, pero otras se originan en acciones del presente. Entre estas, por ejemplo, están las que acompañan el endeudamie­nto para fines de balanza de pagos, como el préstamo por $1.000 millones del Fondo Latinoamer­icano de Reservas (FLAR) previsto para el 2018. Si el Central se endeuda para mantener un tipo de cambio por debajo del mercado, eso tiene un costo que el país debe soportar.

En un régimen de tipo de cambio variable, las operacione­s de compra y venta de divisas por el Banco Central no requieren endeudamie­nto de mediano ni de largo plazo, pues su fin es, a lo sumo, suavizar picos y las cantidades compradas compensan las vendidas. Si para actuar en el mercado cambiario el Central debe endeudarse a mediano o largo plazo, eso indica que el propósito de su intervenci­ón es otro, como evitar que el tipo de cambio suba.

Costa Rica mantiene un déficit en su comercio de bienes y servicios con el resto delmundo equivalent­e a un 3,3% delPIB. Eso lo hapodido financiar con creces, año conaño, pormediode­l ingreso de inversión extranjera directa (IED) y de otra naturaleza. En consecuenc­ia, la reserva de divisas fluctúa entre el 12 % y el 14 % del PIB, lo cual es considerad­o un nivel cómodo y, podríamos decir, prudente.

Pero no es procedente que el Banco Central recurra alendeudam­iento, que no es gratis y apareja pérdidas cuasifisca­les, para mantener un nivel muy elevado de reservas que evite (en cierto sentido demaneraar­tificial) queel tipo decambiose­a lavariable de ajuste frente a sacudidas macroeconó­micas de naturaleza interna o externa.

El Central no debe recurrir al endeudamie­nto para mantener un nivel elevado de reservas y restar al tipo de cambio su función como variable de ajuste

Normalment­e se acepta que la autoridad monetaria intervenga para evitar movimiento­s violentos en el tipo de cambio, pero no para alterar la dirección fijada por el mercado

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