Arrecife artificial nace de desechos en Guanacaste
Viejas estructuras de cableado eléctrico del ICE son nueva casa para especies Sistema armado ya fue colonizado por 10 tipos de peces y microorganismos
No saber cómo reciclar unas estructuras de porcelana que se empleaban como aisladores en el tendido eléctrico, se convirtió en una oportunidad para generar más vida en las profundidades del océano.
Tras un buen rato planteándose cómo deshacerse de tales restos, sin impactar el ambiente, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) creó con ellos un arrecife artificial que fue sumergido hace un año en el mar de Playa Hermosa, Guanacaste, y en el que hoy habitan más de 10 especies de peces, así como distintos microorganismos.
La estructura, que yace a una profundidad de entre ocho y nueve metros, según la marea, fue colonizada por variedades como el pez mariposa de tres bandas, el sargento mayor, el globo enano, el pargo de la mancha y el erizo.
También viven en este nuevo hogar, microorganismos como briozoarios, cirripedios, esponjas, poliquetos y varios tipos de algas. Estas últimas acondicionan el ecosistema para los peces y favorecen su reproducción y alimentación. Buena acogida. Wálter Arias, coordinador de la Región Central del Área Socioambiental del negocio de Distribución y Comercialización del ICE, destacó que ha sido un logro que el ecosistema marino asimilara el nuevo arrecife.
Prueba de esto, explicó, es la adherencia de algas y organismos sobre la porcelana de la cual están fabricados los aisladores, hecho que se ha dado de manera orgánica.
“Las estructuras instaladas están mejorando las condiciones del ecosistema marino, favoreciendo el crecimiento de organismos, algas y peces y dinamizando su interacción con su hábitat”, aseveró Arias.
El arrecife tiene forma de línea recta y mide 9,5 metros de largo y 1,3 metros de alto. Su instalación fue posible gracias a un convenio entre el ICE, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), y la Fundación Condo-Fish, que protege arrecifes de la zona guanacasteca.
“Decidimos colocarlo en Guanacaste pues Condo-Fish había hecho un estudio que confirmaba que esa zona era apropiada. La estructura está ubicada en un suelo de arena, donde no existía un ecosistema natural, porque el objetivo no era competir con una estructura que ya estuviera, fuera natural o artificial, sino originar una nueva”, afirmó el funcionario. Ingenioso ensamblaje. Arias indicó que los aisladores no se podían reciclar pues traen una pieza metálica tan adherida que no se la puede separar del material que es posible reutilizar.
“La porcelana sola se puede moler y reutilizar en cementos y concretos, pero la que usa el ICE, por ese incrustado metálico, no se puede moler porque daña las quebradoras. Sin embargo, esa limitante se convirtió en algo bueno, porque ese incrustado metálico trae un punto de enrosque para un tornillo, el cual daba la opción de pegar las piezas (los aisladores) y convertirlas en estructuras con el peso suficiente para hundirse en el fondo marino”, afirmó Arias.
Entonces decidieron formar pequeñas estructuras, de seis aisladores cada una, que luego permitieran ensamblar la armazón del arrecife. Esta se conformó de 52 estructuras; es decir, 312 aisladores en total.
Una vez unidas las piezas, el arrecife artificial contaba con el peso justo (2.496 kilogramos) para ser sumergido en el mar.
Arias señaló que esta fase de investigación y seguimiento les ha aportado resultados positivos, lo que los impulsa a pasar a una segunda etapa para agrandar el arrecife y así sea colonizado por peces de mayor tamaño. Mucha investigación. En las inmersiones para evaluar la evolución del ecosistema marino han colaborado buzos de las plantas hidroeléctricas Arenal, Dengo y Sandillal, al igual que especialistas en Biología y per- sonal de apoyo; todos, en coordinación con el Sinac y Condo-Fish. Previo a su instalación, que empezó a concebirse en el 2010, se realizaron pruebas de laboratorio para garantizar que los materiales utilizados no generarían contaminación.
El proyecto se basa en el principio de economía circular, que consiste en rediseñar un producto que ya cumplió su vida útil para que desempeñe otro papelen un ambiente distinto y también la ingeniería ambiental, que veló porque el replanteamiento del producto se ajustara al nuevo contexto.
Por eso, el arrecife natural más cercano está a 2,5 kilómetros para que el nuevo no compita con él. Los arrecifes albergan al 25% de las especies marinas de océanos y resultan fundamentales en su reproducción.
Empero, datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reflejan que en los últimos 30 años se ha perdido el 70% en elmundo, y Costa Rica no escapa de esa realidad, pues –según el Minae–, el 97% de nuestros arrecifes ya muestra algún grado de deterioro.
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