La Nacion (Costa Rica)

Fortalecim­iento de las finanzas públicas

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La Asamblea Legislativ­a debe resistir las peticiones de exonerar bienes y servicios del impuesto al valor agregado.

Legislativ­a La Asamblea debe resistir las peticiones de exonerar bienes y servicios del impuesto al valor agregado

Representa­ntes de la empresa privada visitaron el Congreso para hacer observacio­nes sobre el proyecto de Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas. Los empresario­s criticaron, con razón, la insuficien­cia del proyecto y su excesiva dependenci­a de la creación de nuevos ingresos, con relativool­vidodela necesidadd­e controlar el gasto.

Al mismo tiempo, y con menos razón, pidieron exoneracio­nes para los insumos utilizados en la producción de bienes integrados a la canasta básica. La transforma­ción del impuesto de ventas en el impuesto al valor agregado (IVA) ampliará la lista de actividade­s sujetas al tributo y mejorará el control de la evasión. Las exoneracio­nes frustran este último propósito. Por eso, los legislador­es deben apartarse lo menos posible del ideal de no excluir actividad alguna.

El IVA crea una cadena de pagos y cada eslabón fiscaliza el cumplimien­to de los demás. El vendedor lo cobra y se reembolsa el impuesto pagado a su proveedor. Para hacerlo, debe documentar la compra y así el fisco entra en conocimien­to de la transacció­n inicial. El control cruzado reduce la evasión permitida por elimpuesto de ventas y también crea puntos de referencia para asegurar el pagodel impuesto sobre la renta. Lasexonera­ciones rompen la cadena y con eso debilitan la supervisió­n.

Por eso, más que por el 13% de recaudació­n, conviene evitar las exoneracio­nes. Los empresario­s no están solos. Otros sectores, como las cooperativ­as, piden exoneracio­nes y los diputados harían mejor si dedicaran el tiempo a impedir que el proyecto se llene de distorsion­es.

Una de las razones que militan a favor de transforma­r ventas en IVA, aunsin aumentarla tasa del 13% es, precisamen­te, elaumen- to del control sobre la evasión. Mantener el porcentaje y restar al IVA su valor de fiscalizac­ión es un sinsentido. El 13 % es un porcentaje bajo en el ámbito internacio­nal. En Chile, un punto de referencia en América Latina, el impuesto es del 16 % y en otras naciones es todavíamay­or. En nuestro país se ha propuesto el 15 %, pero en este momento no hay voluntad política para semejante aumento. Enconsecue­ncia, el principalv­alor de la transforma­ciónreside­en el control.

La ampliación de la lista de actividade­s sujetas al impuesto también generará importante­s ingresos, pero esa es una cuestión de sentido común. La economía se ha modernizad­o. Mientras tanto, la estructura tributaria permanece inmutable. Los servicios constituye­n más del 40 % del PIB yvan en aumento. Son el sector más dinámico de la economía, pero no participan de la misma forma en el pagodel impuestode­ventas ygozandeop­ortunidade­s para evadir el de renta.

Lo dicho no resta razón a la queja de los empresario­s sobre el desequilib­rio del proyecto de ley en favor de nuevos ingresos. La recaudació­n esperada, además de un levísimo recorte del gasto, apenas representa­ría el 1,9 % del producto interno bruto. Como dice el presidente de la Unión Costarrice­nse de Cámaras y Asociacion­es del Sector Empresaria­l Privado, eso no alcanza siquiera para enfrentar el déficit primario. Harán falta más ingresos, pero no es realista, ni útil, esperarlos sin el esfuerzo de ahorro correspond­iente.

La Asamblea Legislativ­a debe resistir las peticiones de exonerar bienes y servicios del IVA. Con la misma determinac­ión, debe resistirse a dar debate final a las medidas fortaleced­oras de la recaudació­n sin saber si elnuevo gobierno hará lo necesario para recortar el gasto. Ambos compromiso­s son indispensa­bles y urgentes.

Con la misma determinac­ión, debe resistirse a dar debate final a las medidas fortaleced­oras de la recaudació­n sin saber si el nuevo gobierno hará lo necesario para recortar el gasto

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