LETRAS DE CAMBIO
Cuando se habla sobre cómo resolver el problema fiscal, la discusión usualmente se centra en cómo aumentar impuestos. A veces se habla de cuáles gastos recortar. Pero casi nunca se comenta sobre qué hacer para generar más crecimiento de la producción y el empleo, y con ello aumentar la capacidad de pago de todos los costarricenses.
Ahora que el tema económico vuelve a estar en las discusiones de la campaña política –por dicha–, vale la pena dedicar algún tiempo a analizar cómo hacer para que la economía crezca mucho más.
Para ponerlo en perspectiva, vale la pena aclarar que el promedio de crecimiento de los últimos cuatro años ha sido del 3,7 %. Si bien es mucho mayor que el promedio de Latinoamérica, es menor que nuestro mismo promedio histórico, algo más del 4 %. Pero, contrario a lo que sucede para la región, la baja en los precios de materias primas (petróleo, metales, granos) es muy favorable para Costa Rica.
Con la caída de dichos precios entre el 2015 y el 2017, el ingreso disponible de los costarricenses recibió un impulso favorable de alrededor del 2% anual. Es decir, nuestraeconomía debería haber crecido por encima del 6 % al año, y jamás nos podemos conformar con haberlo hecho a un ritmo menor del 4 %.
Para poder crecer sostenidamente a más del 6 %, es necesario resolver los factores en los cuales Costa Rica tiene mayor rezago en cuanto a competitividad. En el 2014 escribí, en estas “Letras de Cambio”, que esos factores eran la calidad de la infraestructura, el desperdicio del gasto público y el desbalance fiscal.
Hoy, cuatro años después, poco ha cambiado. Esmás, debido a que el gasto –sin incluir intereses– ha crecido a un ritmo mayor que la capacidad productiva del país, el desbalance es hoy peor. De ahí que las tasas de interés reales sean hoy más altas, frenando aún más la economía.
De nuevo, si de verdad queremos que nuestra economía crezca a un ritmo acelerado, el nuevo gobierno tendrá que enfocar sus baterías a mejorar la calidad de la infraestructura. Entre proyectos de alianzas público-privadas y recursos de préstamos ya comprometidos, mucho se puede avanzar. Con eso, además, se acercarían más las zonas rurales al Valle Central, repartiendo los beneficios del crecimiento por todo el país. Y, de paso, ayudaría tremendamentea resolver el problema fiscal.
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