La Nacion (Costa Rica)

La electricid­ad en épocas actuales

- Edgar Gutiérrez

En mi participac­ión anterior en este Foro, no me referí a algunos argumentos esgrimidos en los artículos de José Daniel Lara y Enrique Egloff publicados semanas atrás y considero importante­s para dimensiona­r justamente el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en épocas actuales. Me refiero a planificac­ión energética, mercado regional, generación privada y fideicomis­os. Empezaré con un tema clave en el Plan Nacional de Energía 2015-2030.

Planificac­ión energética.

La utilizació­n o no de un determinad­o recurso para generar electricid­ad, por ejemplo el agua que proveen los embalses, responde a una estrategia de operación del sistema de generación y no a decisiones puntuales de cada planta. Los recursos disponible­s para generación eléctrica se planifican a largo plazo desde una visión integral a fin de elegir la combinació­n óptima de opciones.

También existe claridad en que uno de los aspectos donde debe mejorarse a fin de aprovechar al máximo los recursos del país es garantizar que el conjunto de proyectos de generación eléctrica que se desarrolle­n represente un óptimo a escala nacional. En las próximas semanas estaré emitiendo, como rector de Ambiente y Energía, una directriz donde se establecen los lineamient­os para garantizar la eficiencia y eficacia en la planificac­ión de la generación eléctrica en el ámbito nacional, tal como lo establece el VII Plan Nacional de Energía 2015-2030.

Capacidad instalada.

La capacidad instalada de generación eléctrica tiene una justificac­ión técnica que obedece a la naturaleza de un sistema renovable y a la disponibil­idad de las fuentes energética­s. Los recursos renovables que ahora muestran mayor crecimient­o en el mundo, en su mayoría, están sujetos a la variabilid­ad de las fuentes, como es el caso de la energía solar y la eólica, y por ello deben ser complement­ados por fuentes firmes de energía o con un sistema de almacenami­ento tipo baterías que aún están en desarrollo en los países más avanzados.

La gran mayoría de los países emplean fuentes no renovables; en Costa Rica, por el contrario, los complement­os se obtienen de la geotermia y los embalses de regulación, dejando la fuente térmica únicamente como respaldo en caso de falla. Esta última, por disposició­n del regulador, debe ser primero sustituida por importació­n provenient­e del Mercado Eléctrico Regional (MER), lo que conlleva un inconvenie­nte: pierde su firmeza al estar sujeta a la realidad de ese mercado.

Esto plantea que el ICE debe tener toda una capacidad instalada disponible para salvaguard­ar la demanda. Incluso, debe contar con la capacidad instalada necesaria para completar la generación propia de las empresas municipale­s y las cooperativ­as rurales.

Mercado regional.

En Centroamér­ica, el mercado regulado, según datos publicados por la Cepal (2016), representó más del 90 % de la energía que se suministró en la región mientras que el mercado no regulado (spot) únicamente el 10 %. Omitir esta realidad utilizando únicamente como fuente los precios de referencia de un mercado minoritari­o (spot) es desnatural­izar la situación general de los precios en la región, en especial si en el caso de Costa Rica tenemos un mercado eléctrico totalmente regulado.

Generación privada.

Esta generación, en el caso de los generadore­s privados hidroeléct­ricos, proyectos a filo de agua, operativam­ente en años y meses secos, no aportan mucho al sistema; igualmente, los proyectos eólicos particular­es dejan de contribuir en los meses de mayor lluvia. Esto obliga a tener una capacidad instalada adicional para cubrir esas salidas del sistema y asegurar que el SEN continúe siendo funcional.

En años húmedos, como el 2017 e inicios del 2018, la problemáti­ca difiere dado que los contratos de generación privada establecen la obligatori­edad de incorporar al SEN la energía producida por estas empresas, por lo cual se debe verter agua de los embalses, dejar de producir en plantas hidroeléct­ricas del ICE y poner en reserva la geotermia para incorporar al sistema la generación privada.

Conforme se adicionan plantas nuevas y la producción total de los privados aumenta, crece el monto total que el ICE debe solicitar a la Aresep y que se carga a las tarifas finales para clientes y distribuid­oras. La cifra pagada a los generadore­s privados subió un 78 % del 2014 al 2017, mientras que la energía entregada aumentó solo un 45%.

Esquemas de financiami­ento.

El empleo de fideicomis­os para financiar infraestru­ctura eléctrica fue una solución en un momento histórico cuando existían restriccio­nes del Fondo Monetario Internacio­nal

Emplear fideicomis­os para financiar infraestru­ctura eléctrica fue una solución en un momento histórico

para la inversión en el sector público (endeudamie­nto). Sin este esquema de financiami­ento, el país hubiese enfrentado graves atrasos en el desarrollo de este tipo de obras.

También es válido señalar que varios de estos instrument­os están cerca de su liquidació­n, por ejemplo, ya se canceló el fideicomis­o de la Planta Hidroeléct­rica Peñas Blancas, con lo cual el costo de la energía producida por esa planta bajó.

En próximos años se liquidarán otros fideicomis­os, lo que permitirá contar con tarifas aún más favorables.

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