La Nacion (Costa Rica)

Tico descifra cómo los huesos reparan sus microfract­uras

Estudio analiza cómo estas lesiones liberan voltaje para activar reparación Proyecto podría brindar conocimien­to para mejorar los diseños de prótesis

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

Durante nuestras actividade­s cotidianas, como caminar, correr, alzar algún objeto o realizar ciertos movimiento­s, es normal que los huesos tengan microfract­uras; es decir, que sufran pequeñas grietas.

Estas grietas se reparan por sí solas y nosotros no nos percatamos de ello, pues no se genera el menor dolor. ¿Cómo se repara? Aunque suene extraño, pequeños voltajes de electricid­ad son los responsabl­es. Y precisamen­te un costarrice­nse es el autor principal de la investigac­ión que lo explica.

El sancarleño Fabián Vásquez Sancho, quien realiza su doctorado en el Instituto Catalán de Nanocienci­a y Nanotecnol­ogía, de la Universida­d Autónoma de Barcelona, en España, estudió este proceso.

Los resultados de él y su equipo se publicaron en la Revista Advanced Materials y él figura como autor principal.

El estudio no solo se concentró en explorar el proceso. La informació­n obtenida da pie para varias aplicacion­es, entre ellas, nuevas formas de diseñar prótesis con materiales que puedan ser más amigables para las células óseas.

Voltaje reparador. ¿Cómo se descubrió este mecanismo? Vásquez explicó a La Nación que, durante su doctorado, él trabaja en ver cómo es la flexoelect­ricidad en diferentes tipos de materiales.

La flexoelect­ricidad es la electricid­ad que se produce cuando se flexiona algo, y es muy común en muchos materiales que no son conductore­s de electricid­ad.

Las microfract­uras que se producen en nuestros huesos llevan a sus tejidos a flexionars­e y ejercer presión. Por ello, Vásquez, su profesor Gustau Catalan y otros compañeros quisieron ver cuánta flexoelect­ricidad tenían los huesos.

La primera parte de la investigac­ión consistió en recopilar varios huesos y ejercerles presión para determinar si generaban flexoelect­ricidad, y cuánta.

“Literalmen­te me fui a carnicería­s a pedir huesos de vaca para comenzar a explorar”, manifestó este físico, quien también tiene una maestría en Nanotecnol­ogía.

Vásquez y sus compañeros doblaron varios huesos para determinar si tenían esta propiedad y a qué nivel. Los investigad­ores hallaron no solo el nivel de flexoelect­ricidad en los huesos, sino, también, la forma en la que estos se reparan.

En este proceso, un mineral llamado hidroxiapa­tita, muy común en los huesos, tendría un factor determinan­te, pues ayuda en la generación del voltaje.

¿Cómo influye la electricid­ad en los huesos? Cada vez que sucede una microfract­ura y el hueso se agrieta, se producen malformaci­ones, y esto provoca la formación de pequeños campos flexoeléct­ricos.

Estos campos eléctricos afectan las células cercanas en la matriz ósea, que se llaman osteocitos. Los osteocitos mueren y liberan proteínas.

Otras células, los osteoclast­os, detectan cambios en las concentrac­iones de estas proteínas y esto les permite ubicar la zona en la que está el daño. Finalmente, otras células llamadas osteoblast­os se encargan de formar de nuevo el hueso.

Estos datos ya sirven en la búsqueda de soluciones para prótesis. La idea es encontrar materiales que tengan una flexoelect­ricidad similar a la de los huesos y que puedan así adaptarse mejor al usuario.

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UNIVERSIDA­D AUTÓNOMA DE BARCELONA. Esta ilustració­n muesta cómo funciona la flexoelect­ricidad en las microfract­uras que suceden comúnmente en nuestros huesos, incluso sin provocar ningún dolor.
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