Corte suprema en Brasil discutirá liberación de Lula
→ Revisarán norma que encarcela a personas que no han agotado recursos
RÍO DE JANEIRO. AFP- El expresidente brasileño Luiz Inácio
da Silva, encarcelado el sábado, podría ser liberado rápidamente si la corte suprema modifica esta semana la norma que autoriza encarcelar a personas condenadas en segunda instancia que aún disponen de recursos judiciales.
Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Marco Aurélio Mello, anunció que el próximo miércoles pedirá incluir en la agenda un nuevo debate que podría zanjar las divergencias internas que persisten en la corte sobre ese tema.
El STF denegó el 5 de abril un recurso presentado por la defensa de Lula para impedir su encarcelamiento mientras dispusiese de recursos ante el Supremo Tribunal de Justicia (STJ, tercera instancia) o ante el propio STF.
Pero la decisión fue adoptada por el estrecho margen de seis votos contra cinco.
Una de las magistradas que votó contra Lula, Rosa Weber, dio a entender que era favorable a modificar la jurisprudencia actual, aunque no al juzgar un caso específico, sino cuando el asunto fuese tratado de forma general.
Quienes abogan por el encarcelamiento anticipado lo hacen en nombre de la lucha contra la impunidad, porque los procesos suelen demorar meses o años hasta llegar a instancias superiores. Los partidarios de modificar la norma invocan el respeto de la presunción de inocencia.
Si se modificara la jurisprudencia, todos los condenados en segunda instancia actualmente detenidos deberían beneficiarse de la medida e ir a esperar en sus casas el resultado de sus apelaciones ante el STJ o el STF.
Aunque el STF paute para esta semana el debate, la discusión podría suspenderse por tiempo indefinido si uno de los 11 jueces pide más tiempo para estudiar la cuestión.
“Hay un conflicto dentro del STF, entre quienes quieren discutir el asunto de manera general y los que se oponen”, dijo Thomaz Pereira, profesor de derecho de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) de Río de Janeiro.
Lula fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero, acusado de recibir un apartamento de lujo de una de las empresas involucradas en el escándalo de desvíos en la estatal Petrobras. Él niega todos los cargos y se dice víctima de un complot de las élites.
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