Herediano provoca error, horror y terror en Guápiles
En el primer minuto, arquero Morales falla en salida; Team anota y liquida el partido
Error, horror, terror. Todo en el primer minuto de la cuadrangular. El error fue del arquero santista Bryan Morales, quien sostuvo el balón en exceso y lo perdió al borde del área. Jairo Arrieta lo presionó cual perro de traba y el Team lo recuperó.
El horror es de la retaguardia, que se replegó con la lentitud de una tortuga, como aturdida después del fallo de su guardavallas. Jonathan Hansen recepcionó la pelota que recuperó Arrieta, levantó la cabeza, bajó la velocidad y esperó a Diego Estrada, fresco y con su pierna débil remató a portería para superar a Bryan Morales.
De terror es el panorama santista, herido con una bala que penetró hasta el corazón, después de tropezar en el primer partido de la cuadrangular, en su propia casa, y sin el pundonor necesario para imponerse en los 89 minutos restantes.
Ni cuando entró el ‘motor’
Osvaldo Rodríguez reaccionó el Santos. Para colmo de males, acabó expulsado en los últimos 10 segundos, cuando cometió una falta sobre Allan Cruz y recibió la tarjeta roja directa. Drástica la expulsión y malo el negocio para los guapileños.
1 por 0 para Herediano. 1 por 0 para Jafet Soto. De la pizarra del timonel rojiamarillo salió una maraña táctica que enredó al Santos y lo metió en su juego.
El fútbol directo no funcionó de nada y, por el contrario, Herediano obligó al Santos a retroceder, en busca de un juego de más elaboración, pero sin ningún tipo de 'punch' en zona ofensiva.
En 89 minutos, Herediano no necesitó dominar a placer el balón para controlar sin apuros el partido. Le permitió al local rodar la esférica, llevándola de un costado a otro, pero sin los espacios para superar el más que ordenado sistema defensivo.
Con excepción de un cabezazo desviado por Leonel Moreira, Santos no consiguió penetrar. Ni Kenneth Dixon, ni Víctor Núñez, ni Starling Matarrita, la artillería denotó falta de creatividad para resolver el acertijo impuesto por los visitantes.
Tampoco lo hizo cuando se lesionó el líder de la zaga, Pablo Salazar. Jafet Soto solucionó su problema con una carta segura: Leonardo González. El veterano se plantó y complementó la idea florense, con un mediocampo poblado por hombres de sacrificio, dispuestos a cumplir con la premisa de romper las asociaciones santistas.
Fue en el inicio del segundo periodo cuando Herediano trató de liquidar el duelo, con Cruz como enlace entre el mediocampo y los puntas, y figura primordial en la labor de hacer diagonales en busca de los espacios.
El Santos retomó la conducción de la redonda con el paso de los minutos. El timonel Johnny Chaves movió el banquillo, pero la falta de lucidez fue más que notable en el eje de ataque.