Istmo pone en forma sus puertos en el Caribe
Puerto Cortés, en Honduras, duplicó los movimientos por hora que realiza →
El transporte marítimo de carga en el Caribe tendrá mejoras en los próximos meses, gracias a la apertura de la Terminal de Contenedores de Moín en Limón y ka modernización de Puerto Cortés, en Honduras.
Ambos países eligieron modelos de concesión para ponerlos forma.
En Honduras, la Operadora Portuaria Centroamericana (OPC) obtuvo la concesión por 30 años y será la encargada de desarrollar las dos etapas del proyecto.
La empresa inició operaciones en febrero de 2014, con una inversión de $624 millones. Desde que empezaron las obras, la productividad promedio se duplicó al pasar de 19 movimientos por hora a 40.
En el 2017, la compañía realizó una inversión adicional de $145 millones para el desarrollo de muelle 6, que al estar terminado a mediados de este año, tendrá una extensión de 350 metros y dos grúas Súper Post-Panamax.
Según Mariano Turnes, director general de OPC, la segunda fase de Puerto Cortés está prevista para el 2023 y tendrá 550 metros adicionales de muelle y 15 metros de profundidad (en muelle y bahía).
En Costa Rica, la empresa APM Terminals destinó $1.000 millones para la construcción de las tres etapas del megapuerto. La primera fase consta de un muelle de 650 metros y un rompeolas de 2.200 metros y comenzará a operar en enero de 2019.
Kenneth Waugh, director general de APM Terminals Costa Rica, afirmó que el próximo año la terminal podrá mover hasta 1,5 millones de teus (3.000 contenedores por día) y, en la siguiente etapa, esta cifra podría ascender a 2,5 millones de teus.
La compañía holandesa es adjudicataria desde el año 2011 y tendrá la concesión durante 33 años. Una vez finalizada la concesión, la TCM tendrá 89 hectáreas de puerto, 1.500 metros de largo y 16 de profundidad, además de 39 grúas de patio y seis grúas Súper Post-Panamax.
Mercados diferentes. Los mercados a los que apuntan ambos puertos son diferentes y, por eso, no competirán entre sí.
Honduras, por ejemplo, apuesta por movilizar carga de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, mediante buques de gran tamaño.
Para destacarse en la región, la terminal implementó diversas estrategias como la Iniciativa de Contenedor Seguro, que permite a los contenedores llegar a los puertos estadounidenses pre chequeados y con un menor índice de riesgo.
La TCM apela a dos nichos de mercado: el sector exportador costarricense y la entrada de mercaderías proveniente del mercado asiático y europeo.
Otro aspecto que diferencia a la terminal costarricense de Puerto Cortés es la cercanía con el Canal de Panamá.