Colesterol aumenta el riesgo de alzhéimer
→ Investigadores vieron cómo este tipo de grasa llega al cerebro y lo enferma
CHILE /EL MERCURIO, GDA. - Usualmente relacionado con enfermedades cardiovasculares, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, muestra cómo el colesterol puede jugar un papel clave en el inicio y la progresión del alzhéimer.
Según el hallazgo, el colesterol presente en el cerebro actúa como un catalizador que desencadena la formación de placas de beta-amiloides. Estas son proteínas tóxicas para las neuronas, que son determinantes en su deterioro y muerte y, además, son fundamentales en el desarrollo del mal de Alzheimer.
El vínculo entre la proteína beta-amiloide y el alzhéimer cuenta con evidencia de sobra. Pero, hasta ahora, los investigadores desconocían cómo esta proteína comienza a agregarse en el cerebro, pues normalmente está presente en niveles muy bajos.
Ahí es donde el trabajo de Michele Vendruscolo, junto a colegas de la Universidad de Lund, en Suecia, da una respuesta.
Mediante pruebas en laboratorio, los investigadores observaron que las beta-amiloides se unen de forma totalmente natural a los lípidos (colesterol) de las membranas celulares.
Como resultado, las proteínas se van acumulando hasta formar las placas, tan nocivas para las neuronas. De hecho, el estudio mostró que el colesterol acelera en más de 20 veces la velocidad de agregación de las proteínas beta-amiloides en el cerebro, narró a El Mercurio el profesor Vendruscolo, del Departamento de Química de la Universidad de Cambridge.
“Este trabajo nos ha ayudado a reducir una pregunta específica en el terreno de la investigación del alzhéimer. Ahora, necesitamos entender cómo encontrar maneras para no desencadenar el proceso neurodegenerativo”, dijo. Bueno y malo. Aunque no goza de buena fama, el colesterol juega un papel esencial en el organismo. “Hay colesteroles que son necesarios, pues son uno de los componentes de las membranas plasmáticas de todas las células (incluidas las neuronas)”, explicó la doctora Evelyn Benavides, neuróloga de la Clínica Universidad de los Andes.
Pero cuando se halla en cantidades elevadas, este colesterol termina siendo un problema, en especial si se trata del llamado colesterol malo.
“El colesterol total es la suma del colesterol bueno (HDL) y malo (LDL); el aumento del LDL hace que se manifiesten algunos marcadores de inflamación que pudieran estar relacionados con la muerte neuronal y con el proceso de oxidación y fosforilación que ocurre en el cerebro de pacientes en las primeras etapas del alzhéimer”, agregó la neuróloga.
Por eso, aunque no hay suficiente información, se estima que una dieta rica en pescados y baja en grasas saturadas y azúcares refinados (como la dieta mediterránea, por ejemplo) influye en una disminución de la incidencia de patología degenerativa cerebral. Por el contrario, la evidencia muestra que niveles altos de colesterol a lo largo de la vida incrementan el riesgo de deterioro cognitivo y de demencia.
Vendruscolo precisó: “No estamos diciendo que el colesterol sea el único desencadenante del proceso que da lugar a las placas, aunque no cabe ninguna duda de que es uno de los responsables”.
Por ello, “la cuestión no es cómo eliminar el colesterol del cerebro, sino cómo controlar el papel que juega en el alzhéimer a través de la regulación de su interacción con la proteína beta-amiloide”, afirmó.
A su juicio, estos resultados evidencian una nueva vía para desarrollar medidas útiles para la prevención y el tratamiento de la enfermedad que, se estima, afecta a más de 46 millones de personas en el planeta.
En realidad, según explicaron en la revista Nature Chemistry, los autores creen que es posible diseñar fármacos capaces de mantener la homeostasis del colesterol y, por ende, de las proteínas beta-amiloides, en el cerebro.
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