El fútbol premia a Carolina Venegas por perseverar
Carolina Venegas se consagró campeona de Portugal, pero para ella, este título tiene un significado más allá de lo deportivo, es el premio a una carrera en la que la discriminación, los maltratos y otros obstáculos quedaron atrás. Ella se demostró que sí puede.
La costarricense suma su primera temporada defendiendo los colores del Sporting Lisboa femenino y ganó dos títulos: la Supercopa y el campeonato. En la valoración de esos logros, en el momento de ver hacia atrás y analizar lo que costó llegar ahí, Carolina recuerda la dificultad vivida.
“Desde muy pequeña me tocó ver cómo nadie creía en el fútbol femenino. Tuve un entrenador de la Selección Sub-17 que nos dijo, cuando teníamos 15 años, que él no creía en nosotras y solo estaba ahí por trabajo”, recordó.
La anécdota descrita es solo una de la colección. “Me han humillado muchas veces, me han dicho marimacha, también machorra. Me decían que no voy a llegar a ningún lado porque el fútbol es una vagabundería”.
El campeonato sabe a gloria también porque lo ganó en un país en el que el fútbol femenino es visto como debe ser: una carrera deportiva profesional.
En la nación de Cristiano Ronaldo y en el club que vio nacer al crack, la costarricense cuenta con todas las comodidades que tiene Bryan Ruiz, quien juega en el mismo plantel, pero en el equipo masculino.
Venegas tiene apartamento, un contrato profesional con un seguro médico, también le dan alimentación y transporte; esos elementos en Costa Rica se ven muy lejanos para una jugadora de la máxima categoría.
“La gran diferencia que hay no es en el talento, porque en Costa Rica hay jugadoras muy buenas. Quizás el problema es cómo trata el club a la jugadora, porque en Costa Rica es una broma como tratan a la jugadora... Aquí hay un contrato profesional, aquí dan seguro médico, nos dan todas las condiciones. Todo lo que tienen los hombres nos lo dan. La diferencia son los salarios”, relató.
Carolina rescata en su análisis el principal aprendizaje de su carrera para vivir el momento de madurez que hoy disfruta... Y no es deportivo.
Para la goleadora, su fortaleza y punto que más ha trabajado es la mentalidad. “Todo reside en nunca ser mediocre, en marcar diferencia, en siempre trabajar. Nunca hay que cansarse de trabajar”, profundizó sobre cómo nunca dejó llevarse por comentarios o prejuicios.
La aventura vivida desde hace un año en Portugal es como el premio a no rendirse.
En el Viejo Continente no solo tiene comodidad deportiva, también encontró tranquilidad en su vida.
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