Justicia ofrece trato ‘más humano’a reos peligrosos
Reclusos de Máxima Seguridad formarían parte de actividades artísticas y deportivas
Desde marzo del 2012, el líder narco Marco Antonio Zamora Solórzano, conocido como El Indio, está encerrado en una celda individual del Ámbito E (Máxima Seguridad) de la cárcel La Reforma, en San Rafael de Alajuela. Él ha alegado que ese aislamiento le provoca tendencias suicidas.
César Starlyng Martínez Fajardo, también jefe de un grupo narcotraficante y hermano de Luis Ángel Martínez, alias Pollo, está recluido ahí mismo desde abril del 2014.
En ese tiempo, tanto ellos como el resto de reclusos de ese ámbito, han tenido solo una hora diaria para tomar sol y el resto del día lo pasan confinados. Sin embargo, esa situación cambiará con las modificaciones que el Ministerio de Justicia y Paz le hizo hace dos meses al Reglamento Técnico del Sistema Penitenciario.
El artículo 75 establecía que, en ese ámbito, “las condiciones de convivencia, atención profesional y contactos sociales de los reos se desarrollan en condiciones donde debe privar la seguridad y el control institucional”.
Ahora, las autoridades penitenciarias buscan, por medio del deporte y del arte, dar un trato “más humano” a los reos del ámbito, quienes son considerados los más peligrosos del sistema penitenciario.
Es decir, se pretende incentivar su participación en partidos de fútbol, conciertos y en procesos educativos, explicó Luis Mariano Barrantes, director de Adaptación Social.
Esta decisión fue aplaudida por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT), que está adscrito a la Defensoría de los Habitantes.
R VEA NOTA APARTE.
Las autoridades de Justicia también planean que los presos permanezcan dos años o menos en ese módulo, pero tienen claro que hay casos en los que eso no se podrá cumplir debido al perfil criminal del reo.
“La idea es que no permanezcan ahí, la idea es sacarlos en el menor tiempo posible porque su permanencia ahí no es humana”, manifestó Barrantes sobre la nueva meta que se ha planteado Justicia.
En palabras del director de Adaptación, los funcionarios de atención técnica antes eran muy rígidos con los reclusos de Máxima Seguridad, entonces, cuando alguno de ellos solicitaba una reubicación en otro ámbito con menor contención, se le negaba.
“Los trabajadores no hacían por dónde buscarles una nueva ubicación; se cerraban, sobre todo porque a quienes les autorizaban el traslado, volvían a los pocos días de haber salido”, indicó.
Ahora se buscará “flexibili- zar y humanizar a los compañeros que tienen a cargo el estudio”, señaló el jerarca.
“Si la persona ha mostrado un avance importante (de comportamiento) y se determina que puede estar en otro sitio, ¿por qué no dejarlo estar en otra parte?”, comentó Barrantes.
Pero aclaró que, “si dentro del estudio técnico se determina que la persona debe estar ahí, pues ahí se queda”.
Problemático. El Ámbito E tiene una capacidad máxima para 80 reclusos y está conformado por 12 espacios colectivos para cuatro presos cada uno, más 32 celdas individuales, las cuales están distribuidas en dos alas.
Actualmente alberga a 64 presos, entre ellos siete peligrosos líderes narco: Zamora, Martínez, Keylor Jacob Cole Kelly (alias Gato Cole), Dinier Estrada Jiménez (alias Ojos Bellos), el exjefe policial José Fabio Pizarro Espinoza (recientemente condenado) y dos primos, de apellido Brautigan.
Ellos son resguardados por dos escuadras de policías penitenciarios, cada una conformadas por 40 oficiales.
Para empezar con la transformación, Adaptación Social modificó el nombre de ese ámbito a Centro Nacional de Atención Específica.
“Con este cambio tan pequeño, lo que buscamos es darle un concepto distinto, en el que se le ofrezca (al presidiario) posibili-
dades de estudio, trabajo, capacitación y atención técnica, tanto grupal como individual”, dijo Barrantes.
Esto les ha significado no solo un esfuerzo a la hora de hacer los cambios en el reglamento, sino que también deberán variar la infraestructura.
Para las actividades culturales, como conciertos, o encuentros religiosos, utilizarán el área de visitas que tiene ese módulo. “La idea es aprovechar al máximo ese espacio”, añadió Barrantes, al agregar que para los cursos educativos cuentan con ciertos cubículos.
No obstante, para poder practicas deportes sí tendrán que habilitar otro espacio, puesto que, por el perfil de los presidiarios, no se puede utilizar la cancha de La Reforma. “Ese lugar es para gente de mínima contención y tampoco podemos hacer eso”, agregó.
Por ello, le pidieron al departamento de Arquitectura del Ministerio de Justicia que trace los planos para construir una zona especial.
“No es de hoy a mañana porque no se tenía previsto; hay que buscar el presupuesto (…). Ya hay planitos para efectos de desarrollarlo en el corto plazo, pero no tenemos fecha”, reconoció el director de Adaptación.
Aclaró que en ninguna de las actividades en las que participarán los reclusos de Máxima Seguridad se aceptará la presencia de reos de otros ámbitos.
”No podemos abrir mucho el espacio porque la mayoría tiene problemas convivenciales; sería poner en riesgo la integridad. Lo que se haga en ese ámbito se circunscribe a ese ámbito”, reconoció Barrantes.
En el caso de los reclusos de ese módulo y que tienen problemas entre sí (como los diferentes líderes narco), las autoridades no permitirán que participen juntos en las actividades programadas con el fin de evitar situaciones de riesgo.
“Si están en módulos diferentes e individuales es por algo. En razón de eso, se toman las decisiones de quiénes juegan o asisten”, expresó Barrantes.
No obstante, reiteró sobre las condiciones en Máxima Seguridad que “las que se mantenían ”no eran las adecuadas; lo que se rescata es el trato digno (...). Pero todo con medida.