Vidas de 654 jóvenes del Istmo dieron un giro con la tecnología
→La iniciativa es impulsada por Sulá Batsú, con el apoyo de Google.org →Integrantes reciben herramientas para hablar de problemas de sus países
“Yo no me atrevía a hablar en público porque me entraban los nervios. Gracias a las tecnologías de la información y comunicación pude mejorarme como persona”, contó la panameña Cindy Castillo.
Ella es una de las 654 jóvenes centroamericanas que se graduaron en el primer año del proyecto La voz de las chicas del Centro de América, según anunció, este martes, la Cooperativa Sulá Batsú.
El año pasado, gracias a su programa TICas, la organización costarricense recibió una beca de Google.org, el brazo filantrópico de la gigante de Internet, para permitir a mujeres de Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Guatemala, El Salvador y Honduras adquirir conocimientos digitales.
Gabriel Recalde, gerente en Google de Políticas Públicas y Relaciones con Gobierno, celebró que al programa aún le quede un año de implementación.
“El compromiso de financiamiento por parte de Google fueron dos años, con lo cual estamos esperando ver los resultados finales. Estamos muy optimistas porque a un año de haberlo iniciado, ya hay 650 graduadas”, manifestó.
La inversión inicial fue de $390.000 para llevar el proyecto al resto del Istmo.
Nueva visión. Castillo, al igual que las participantes, todas de entre 12 y 17 años, aprendió sobre herramientas digitales básicas, edición y publicación de audio y video, creación de canciones, redes sociales, manejo de datos, herramientas de prototipado y desarrollo de narrativas por medio de tecnologías.
Para ella, uno de los aprendizajes que más la motivó fue la música digital: “Yo pude crear mi propio rap (en el que aborda la problemática ambiental); también sé hacer fotos, videos, entrevistas”, resaltó Castillo.
Este proyecto contó con apoyo de organizaciones socias en las naciones centroamericanas, entre ellas Casa de los Tres Mundos, Calicanto, DEMOS, Red de Desarrollo Sostenible y Conexión.
La tecnología es apenas la excusa para que las jóvenes se abran camino por ellas mismas y empiecen a hablar de los asuntos medulares tanto para ellas como para sus comunidades.
Kemly Camacho, coordinadora general de la Cooperativa Sulá Batsú, explicó que se abordan tecnologías, pero, además, temas como la libertad de expresión y la violencia contra las mujeres, de modo que las jóvenes propongan soluciones.
“La expansión a la región centroamericana es para Sulá Batsú un gran logro, porque fortalece la interacción de las comunidades a partir de la voz de sus mujeres jóvenes”, agregó Camacho. La iniciativa TICas antes se había llevado de San José a la zona norte de Costa Rica.
Alzando la voz. La experiencia de Dayana Bermúdez, de Nicaragua, ilustra cómo las muchachas encontraron en esta iniciativa un espacio para mostrar su preocupación por los problemas de sus países.
Bermúdez participó en el Curso de Historias Digitales; es decir, en la creación de relatos que posteriormente se colgarían en Internet.
“Yo me enfoqué en la situación de mi país, donde cualquier persona no puede salir a la calle por miedo a que venga un alboroto”, contó la joven.
Nataly Rodríguez, tica residente en Guanacaste, también compartió su experiencia como parte del programa, en el que quiso hablar del “machismo de antes, cuando la mujer tenía que quedarse en la casa”. Para hacerlo, ella y su compañera se capacitaron para grabar videos y hacer entrevistas.
¿Qué aprendió? “Que al final, quienes ponemos los límites somos nosotras mismas, y gracias a la tecnología, que nos ayuda demasiado, podemos opacar cualquier problema de nuestra comunidad”, aseguró.
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