Cuatro grandes actividades frenan su demanda de crédito
→Sectores abarcaban el 80% de la cifra total financiada por bancos en febrero pasado →Banqueros achacan situación al alto costo del crédito y a caída en ingreso de la población
Los préstamos bancarios para vivienda, consumo, servicios y comercio se están desacelerando y, actualmente, presentan crecimientos similares a los que se registraron en el 2010, cuando apenas se recuperaban de la crisis económica mundial.
Prácticamente, todas las actividades pasaron de tener tasas de crecimiento interanuales (de cada mes respecto al mismo del año anterior) de dos dígitos, el año pasado, a uno en este 2018.
Estas cuatro actividades representaron, en febrero pasado, el 80% del crédito total otorgado por el sistema bancario.
En el caso de préstamos para vivienda, el crecimiento interanual del crédito cayó de un 10,8%, en febrero del 2017 respecto a febrero del 2016, al 6,7%, en febrero del 2018 respecto al mismo mes del año anterior.
Esta variación es congruente con la baja que presenta este año la construcción de vivienda, cercana al 8%, según explicó el director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, Olman Vargas.
Él detalló que los hogares están a la espera de las medidas del nuevo Gobierno y, además, algunas familias tienen un alto nivel de endeudamiento, lo cual les dificulta pedir crédito para vivienda.
En consumo, que incluye préstamos de las tarjetas de crédito y para consumo en general, el crecimiento interanual pasó del 12,4% al 7,8%, en el mismo periodo de análisis.
El crédito para servicios redujo su crecimiento interanual a la mitad, al pasar del 16,1% al 7,8% en dicho periodo.
Este sector incluye préstamos para construcción, compra, reparación y mantenimiento de bienes de producción, destinados a proveer servicios educativos, médicos, sanitarios, jurídicos, religiosos, publicitarios y de esparcimiento, entre otros.
En comercio, que son préstamos para personas o empresas que compran o venden bienes de origen nacional o importados, los préstamos pasaron de crecer un 12,3% a apenas un 2,9% en ese plazo.
Alonso Elizondo, director ejecutivo de la Cámara de Comercio, dijo que la desaceleración del crédito es un fenómeno que se ha venido presentando en los últimos meses de forma generalizada en la economía.
Crédito más caro. El menor dinamismo de los diferentes rubros del crédito está dejando huellas en el crecimiento total del financiamiento bancario al sector privado, que pasó de un aumento interanual del 13%, en febrero del 2017, al 6% en el mismo mes del 2018.
Consultados sobre las causas del fenómeno, banqueros sostienen que el costo del crédito ha aumentado y hay expectativas de que, si el problema fiscal persiste, las tasas subirán más. También mencionan que la gente tiene ahora menos ingresos, pues el crecimiento en la producción, que se traduce en empleo, se ha desacelerado.
Las tasas de interés en colones han subido por la presión fiscal, y las tasas en dólares, por el incremento en las tasas internacionales.
Por ejemplo, las tasas de interés de préstamos para vivienda en colones en los bancos estatales empezaron el año en 8,02%, en promedio, y al 15 de mayo se ubican en 11,75%; y en dólares, cuyo crédito prácticamente no crece, las tasas para vivienda en los bancos estatales pasaron de 8,72%, al comienzo del año, a 9,76%.
“Inicialmente, la demanda por vivienda y consumo se vio afectada por el escenario al alza en las tasas de interés en dólares, cuya principal referencia, la tasa de la Reserva Federal (de EE. UU.), ha experimentado seis incrementos de 25 puntos básicos de finales del 2015 a la fecha, y se estima, por lo menos, un incremento más este año”, explicó Adriana Rodríguez, gerenta sénior de Estudios Económicos de Scotiabank.
Por su parte, Allan Calderón, director general de Riesgo del Banco Nacional, aclaró que la desaceleración que muestra la producción se refleja en el aumento en el desempleo, lo que reduce el poder adquisitivo y la capacidad de endeudamiento.
Para el economista Miguel Loría, si la desaceleración del crédito continúa, se afectarían no solo las entidades financieras, sino también a la población. “Si la tendencia persiste, sí puede profundizar el desempleo (...), en especial para los trabajadores menos calificados, que son los que están sufriendo más”, expresó Loría. ■