Bandas cobran hasta ¢800.000 a presos para darles celular
Reos usan aparatos para contactar a sus cómplices y delinquir
Como el uso de celulares está prohibido en las cárceles, los reos se las ingenian para tener acceso a los aparatos, que en muchos casos les servirán para seguir al frente de su banda o para cometer otros delitos.
La urgencia es tal que ha motivado a los reclusos a integrar grupos dedicados al tráfico y comercialización de móviles, confirmó Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria. Se desconoce cuántas organizaciones se dedican a estas actividades.
Según la información que han logrado recabar, las bandas que operan el negocio pagan entre ¢80.000 y ¢400.000 para que personas que están fuera de prisión y hasta funcionarios de Justicia se presten para introducir los teléfonos.
Una vez con los aparatos dentro de la cárcel, los miembros de los grupos los venden a precios mucho más altos de los que pagaron por su ingreso. Pueden cobrar hasta ¢800.000.
“Solo por la acción de ingresarlo, esta gente paga un dineral. Imagínese el valor que puede tener un aparato de estos en las prisiones, puede llegar a tener un costo elevadísimo y, pese a eso, los reclusos pueden pagarlo y eso genera más ingresos a estas organizaciones”, dijo Bertozzi.
Para el jefe policial, se trata de un “mercado negro que mueve mucha plata”.
Así lo manifestó, apenas unos días después de que la Asamblea Legislativa aprobó en primer debate el proyecto para bloquear la señal celular en los centros penales.
“Hacen un negocio de esto que es algo tan perverso. Esto está permitiendo que los privados de libertad tengan acceso a telefonía celular para cometer delitos, con la gravedad social que eso implica”, dijo.
En el mismo sentido se pronunció Michael Soto, ministro de Seguridad Pública.
También, el Ministerio Público Son los mismos
“(LOS TELÉFONOS) SON DECOMISADOS A LOS MISMOS REOS DE SIEMPRE. YA TENEMOS GENTE QUE SABEMOS Y QUE TENEMOS IDENTIFICADA EN ESE SENTIDO, GENTE QUE REPONE EL CELULAR COMO SI NADA, GRACIAS A LA AYUDA DE SUS VISITAS Y DE ’ ’ FUNCIONARIOS C ORR UPTOS. Pablo Bertozzi P. Penitenciaria
mostró preocupación ante la existencia de estos grupos. Pues, igual que Justicia, sabe que la posibilidad de que un reo tenga acceso a un teléfono celular es “altamente perjudicial”.
La conectividad de los reclusos con el mundo exterior, expresó la Fiscalía, permite que los grupos criminales se recompongan con mucha facilidad tan pronto los líderes quedan en prisión preventiva, aún cuando se hacen enormes y complejas investigaciones y desarticulaciones de estructuras.
Corrupción. Además, dicha actividad podría fomentar la corrupción de funcionarios de las prisiones.
El nivel de éxito de este negocio ilícito pareciera ser alto, pues cada año se decomisan más de 3.000 celulares en el sistema penitenciario.
El negocio se fomenta porque los terceros que sean descubiertos no enfrentarían ninguna causa penal.
¿Por qué? Porque no hay un delito que persiga esta acción y no hay medidas administrativas que se puedan tomar en contra de ellos.
Situación similar ocurre con los reos que son descubiertos con celulares.
Para intentar contrarrestar la actividad, la Policía Penitenciaria hace requisas diarias en los módulos de las diferentes cárceles.
Como resultado, en los últimos tres años, han decomisado 10.014 celulares durante estas acciones policiales.
Pese a que no hay una estadística puntual, Bertozzi indicó que muchos de esos aparatos son confiscados a los “mismos reos de siempre”.
Bertozzi dijo que limitar la señal celular en las cárceles podría ser un gran paso para la eliminación del problema.
“Ahorita, estoy de lleno con hacerlo, ponerlo en prática, que es lo importante. El cómo se vaya a lograr, es un tema secundario”, dijo Michael Soto.
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