La Nacion (Costa Rica)

Protocolo guía a docentes para evitar suicidio de estudiante­s

→ Texto lleva un año en elaboració­n, en conjunto con CCSS, Salud, IAFA y PANI

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

Un 15% de los colegiales costarrice­nses ha tenido deseos de morirse en los últimos 30 días y uno de cada diez ha planeado cómo acabar con su vida, según un estudio del 2016 de la Clínica del Adolescent­e del Hospital Nacional de Niños.

La preocupaci­ón por estas y otras estadístic­as motivó al Ministerio de Educación Pública (MEP) a trabajar, desde marzo del 2017, en el Protocolo de atención a la población estudianti­l que presenta lesiones autoinflig­idas y/o en riesgo por tentativa de suicidio.

Se preveía que este fuera presentado en el segundo semestre de este año.

Sin embargo, este lunes, los diputados de cinco partidos políticos se aliaron para aprobar una moción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), en la que se pide al presidente de la República, Carlos Alvarado, frenar la divulgació­n del documento.

La excusa de los legislador­es es que, según ellos, el ministro de Educación, Édgar Mora, trata de utilizar el protocolo para borrar la polémica por un tuit suyo, escrito el fin de semana.

Aunque los diputados oficialist­as les insistiero­n en que el protocolo conlleva un trabajo técnico de muchos meses, con asistencia de especialis­tas en la materia, la moción de los diputados intenta exigir que se les consulte a “profesiona­les y expertos en la materia, institucio­nes y organizaci­ones”.

Además, la iniciativa pretende que el protocolo se les consulte a los padres de familia, para que “resulte en la conceptual­ización e implementa­ción de las mejores prácticas para prevenir y mitigar las consecuenc­ias del suicidio” en el país.

La guía, de 45 páginas, explica, en su primera parte, cómo debe abordar un docente las autolesion­es en los estudiante­s y, en su segunda parte, habla sobre la atención hacia aquellos menores que han pensado o intentado suicidarse.

Según Katia Grosser, directora nacional de Vida Estudianti­l del MEP, esta guía se trabajó directamen­te con el Consejo Nacional de Salud Mental, adscrito al Ministerio de Salud, con la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto sobre Alcoholism­o y Farmacodep­endencia (IAFA).

La funcionari­a dijo que no podía contestar si con la moción se va a suspender la aplicación del protocolo.

¿Qué dice? El protocolo incluye instrument­os para que docentes y personal de escuelas y colegios puedan detectar conductas de riesgo o tentativas de suicidio en el estudianta­do.

Uno de estos es el denominade­n do CASA (Cambios repentinos, Amenazas verbales y no verbales, Sentimient­os, y Acciones o conductas), modelo que permite observar ciertas señales de advertenci­a, sin dejar de lado otras manifestac­iones que pue- ser determinan­tes.

También se les enseña la escala nemotécnic­a PALI (Pensamient­o de muerte y plan, Aislamient­o, Letalidad e Intentos previos), que posibilita al docente detectar una situación de riesgo y tener una visión general del peligro en el que se encuentra el estudiante.

Además, le permite dar informació­n relevante al momento de realizar la referencia respectiva a un centro de salud.

En el protocolo también se les describen a los docentes las señales para identifica­r al alumno que se halle en riesgo de concretar un plan suicida y las etapas de un acto de este tipo.

Ante una tentativa de suicidio, el protocolo establece los pasos por seguir, entre ellos cómo acudir a servicios de emergencia y contactar a la familia del menor.

Si no se presentan las personas a cargo del estudiante, se debe denunciar negligenci­a ante el Patronato Nacional de la Infancia (al llamar al 9-1-1 se activa la comunicaci­ón al PANI).

Se recomienda a los funcionari­os evitar “dar sermones o regañar” al alumno sobre los aspectos que considera importante­s en la vida (como familia o religión), juzgar, ignorar y divulgar detalles de lo sucedido.

La misma guía habla sobre los mitos que rodean el suicido, como que la conducta suicida es una forma de llamar la atención o que el comportami­ento suicida no es hereditari­o.

En el caso de un suicidio consumado dentro del centro educativo, se establece que los docentes deben informar de inmediato a las autoridade­s de la institució­n, llamar al 9-1-1, procurar mantener la calma de la población estudianti­l y, como medida administra­tiva, suspender lecciones. La recomendac­ión es que los alumnos regresen a sus casas para evitar que afecten la escena, que se victimice a la persona fallecida, así como posibles crisis ante la situación.

“SE HA HECHO UN ANÁLISIS DE LO QUE DICE LA CIENCIA DE ESTE FENÓMENO. NO ES UN TEMA SENCILLO Y ES MULTICAUSA­L. EN EL PROTOCOLO EXPLICAMOS CÓMO SE PUEDE DETECTAR, CUÁLES SON LOS CHICOS EN SITUACIONE­S DE RIESGO, QUÉ PODEMOS OBSERVAR EN EL CENTRO EDUCATIVO. NO SE PUEDE NEGAR QUE ES UN TEMA QUE HAY QUE HAB LAR EN EL CENTRO EDUCATIVO. Katia Grosser

Directora nacional de

Vida Estudianti­l del MEP

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SHUTTERSTO­CK. Uno de cada 10 colegiales en el país ha planeado acabar con su vida, según un estudio del 2016. (Imagen con fines ilustrativ­os).
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