La Nacion (Costa Rica)

Lanzó el TV al suelo y le tiró un bolso a su esposa

→ Crónica desde el centro de operación del 9-1-1 durante juego de la Selección

- Jessica Rojas Ch. jessica.rojas@nacion.com

Poco después de las 8 a. m. del viernes, recién terminado el partido entre Costa Rica y Brasil, el Servicio de Emergencia­s 9-1-1 recibió una de las decenas llamadas de auxilio que atendió esa mañana.

Una mujer avisaba que su esposo lanzó el televisor al piso y, además, le dio un golpe en la cara con un bolso.

La llamada procedía de Curridabat. La víctima detalló que, en la casa, también estaba un bebé de cinco meses.

Sin embargo, ella fue solo una de las 59 personas que denunciaro­n actos de violencia doméstica tras la derrota de la Selección de Fútbol, en Rusia.

El viernes, La Nación presenció la atención de ese tipo de casos desde el centro de operacione­s del 9-1-1, en San Francisco de Goicoechea.

Ese día, entre las 8 y las 10 a. m. se atendieron 771 incidentes, 35 de los cuales fueron por violencia intrafamil­iar. Ese movimiento es mayor del registrado antes y durante el encuentro deportivo.

La cifra se incrementó aún después de ese periodo, pues para el final de la mañana se habían atendido 59 emergencia­s por violencia doméstica, de un total de 1.465 casos.

Cuando la Sele juega hay decenas de variantes en la atención de emergencia­s. No incide el marcador, no importa si se gana, se pierde o se empata; las pasiones se desatan para bien o para mal e influyen en los casos.

La incidencia de ataques en el seno de las familias fue aún mayor el día del partido de la Selección contra Serbia (el domingo anterior), cuando al 9-1-1 ingresaron 482 solicitude­s de auxilio por violencia doméstica en toda la jornada.

El viernes, día del partido contra Brasil, una de las primeras llamadas ingresó a las 5:45 a. m., con una denuncia por violencia intrafamil­iar en Siquirres, Limón.

Tras este caso, la jornada comenzó a tornarse atípica, ya que una calma relativa reinó durante los casi 98 minutos que se extendió el duelo en el estadio Krestovski, de la ciudad de San Petersburg­o. “Es como el ojo del huracán”, explicó David Villalobos, asistente de la jefatura de Operacione­s del 9-1-1.

Sin embargo, sí hubo llamadas de auxilio. Durante los últi- solicitude­s de auxilio el día del partido contra Serbia. agresiones se registraro­n el viernes en la mañana. mos minutos del primer tiempo, hubo cuatro llamadas.

A las 6:38 a. m., en Guácimo de Limón, una pareja se enfrascó en una pelea.

A las 6:47 a. m., otra denuncia por violencia doméstica acusaba a un hijo bajo los efectos de las drogas que se mostraba agresivo y tenía un puñal en la mano. A las 6:50 a. m., una hija denunció que su madre la estaba agrediendo.

Minutos después, un hombre llamó acusando a su hijo mayor de 30 años de agredirlo. “Tiene un machete”, dijo.

La situación se presentó en Puntarenas y se procedió a comunicar a la Policía para que se trasladara al lugar.

Hacia el final del encuentro, se intensific­ó la atención de casos de agresiones en hogares.

Al minuto 91, una mujer solicitó una patrulla de la Policía para que sacaran a su pareja de la vivienda. “Me ha amenazado otras veces con un machete, y ahorita tiene un puñal en la cintura”, explicó.

Alerta de las autoridade­s. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y el Sistema de Emergencia­s han constatado que en el país, los días de partidos de fútbol importante­s y de celebracio­nes familiares, es usual que se disparen los casos de violencia doméstica.

En promedio hay 278 llamadas al 9-1-1 por estos casos en días “normales”, es decir, una llamada cada cinco minutos. No obstante, el día del partido de Costa Rica ante Serbia, se registró una llamada por violencia doméstica cada tres minutos.

El Gobierno anunció semanas atrás que declararía emergencia nacional por las altas cifras de violencia doméstica, lo que permitiría redirigir recursos para atender la problemáti­ca desde “la raíz”.

En lo que va del año, 11 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas.

“ME HA AMENAZADO OTRAS VECES CON UN MACHETE, Y AHORITA TIEN E UN PUÑAL EN LA CINTURA. Denunciant­e de violencia doméstica

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ALBERT MARÍN. El viernes, el Servicio de Emergencia­s empezó a recibir llamadas de auxilio por casos de violencia doméstica. El flujo tomó mayor intensidad cuando terminó el partido y en las dos horas posteriore­s.
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