El peligro de las buenas intenciones en banca
El pasado 30 de mayo el gobierno emitió una directriz donde instruye a las juntas directivas de los bancos del Estado y al Banco Popular a “equiparar” los salarios de sus gerentes con el salario del gerente general del Banco Central de Costa Rica (BCCR). Lo anterior, según la Casa Presidencial, como “parte de las políticas de contención del gasto” por la situación fiscal del país.
La directriz, en principio bien intencionada, parte de una premisa falsa, y lo que es peor, encierra más riesgos que beneficios para el sistema bancario en general.
La premisa que la sustenta es errónea porque el gasto de los bancos del Estado no tiene ningún impacto sobre el déficit fiscal. Que un funcionario bancario gane un millón más o un millón menos no cambia ni en cinco centavos el déficit fiscal, entendido técnicamente como un déficit del Gobierno Central.
Por otra parte, la directriz genera más riesgos que beneficios para cada banco en forma individual y para el sistema financiero como un todo. Debido a que el gobierno carece de un estudio técnico para asegurar que el salario del gerente general del BCCR es suficiente y competitivo para el mismo puesto en otras entidades que, por cierto, ejercen tareas y responsabilidades muy diferentes al BCCR. Se corre el riesgo de que la banca pierda ejecutivos altamente calificados y las posiciones gerenciales finalmente queden en manos de gente inexperta, con el riesgo de que lleven a las instituciones a la ruina.
Si uno de esos bancos llegara a fallar por mal manejo, el contagio o efecto negativo sobre los otros podría ser catastrófico, pues la credibilidad en el sistema financiero se debilitaría con consecuencias impredecibles.
Principios. Por la importancia de tener buenos gerentes en los bancos, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, organización mundial que se ocupa del fortalecimiento de la solidez de los sistemas financieros, en sus Principios de Gobernanza Corporativa para Bancos, de julio del 2015, emite una serie de criterios fundamentales sobre las características e idoneidad de la alta gerencia.
Estos principios son recogidos en Costa Rica sabiamente, y en forma casi literal, por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), en el acuerdo Sugef 16-16, de noviembre del 2016, que en su artículo 30 se refiere a la idoneidad y selección de la alta gerencia. Señala: “Los miembros de la alta gerencia deben contar con la experiencia, las competencias y la integridad necesarias para gestionar y supervisar los negocios y las actividades bajo su responsabilidad. Los miembros de la alta gerencia deben ser seleccionados por medio de un proceso transparente, formal de promoción o contratación, aprobado por el órgano de dirección, que tenga en cuenta las condiciones y competencias requeridas para el puesto en cuestión”.
La directriz del gobierno desconoce los principios antes enunciados por las entidades de supervisión bancaria tanto nacionales como internacionales y ata de manos a las juntas directivas de los bancos del Estado porque les obliga a ignorar los principios de idoneidad y competencia requeridos en el gerente, al tener que contratar no al que cumpla con esos requisitos, sino al que acepte el salario que se le antojó a la Casa Presidencial.
Competencia. El negocio bancario es una actividad altamente competida, plagada de riesgos de muy diversa índole. La alta gerencia no se le puede dar a cualquiera que aparezca vestido de saco y corbata, de igual manera que no se le entrega un barco mercante a cualquiera que se ponga una gorra de capitán.
La Casa Presidencial, con buena intención, pero con mal tino, emitió una directriz que ignora un principio fundamental de la sana administración: los salarios los determina el mercado en función de la exigencia, la responsabilidad y la experiencia requerida para el cargo.
El gobierno debería reconsiderar la medida bajo la poderosa lógica y sabiduría del adagio popular: “lo barato sale caro”, teniendo en cuenta, además, que el gasto de los bancos no afecta el déficit fiscal.
Como ciudadano y economista no me preocupa cuánto gana un gerente bancario, me interesa más cuánto genera a cambio como resultado de su gestión.
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La directriz para equiparar los sueldos de los gerentes bancarios al del BCCR tiene riesgos