Cartaginés rompe con 12 juegos sin victoria y se abraza a la ilusión
3 a 0 sobre Limón coloca a brumosos en el segundo lugar del torneo
Suspiros profundos, alivio generalizado, caras de ilusión y mucha alegría. Estos gestos no se veían en Cartaginés desde hace más de cinco meses y ahora retornan gracias a una propuesta alegre, ordenada y clara de Paulo Wanchope.
Los blanquiazules se desahogaron y experimentaron de nuevo la dulce sensación de ganar, algo que no lograban desde febrero. Ahora, la desazón es historia luego del certero triunfo 3-0 ante Limón.
Wanchope recalcó que poco le importaba el pasado, el último lugar en el Clausura 2018 y los 12 compromisos sin sumar de a tres. Su era apunta a ser distinta y, en sus dos primeras presentaciones, cumple.
El club de la Vieja Metrópoli trata el balón desde la línea defensiva, tiene dinámica y movilidad en la zona media y en ataque muestra desequilibrio, vértigo y buenas diagonales. Al perder la esférica, hay presión en la salida, atención para cortar las líneas de pase y colaboración.
Aunque en esta ocasión los caribeños fueron un rival muy débil y mostraron poco o nada, al final los centenarios cumplieron con lo que debían e hicieron muy bien lo suyo.
Incluso, el “¡ole, ole, ole!” volvió a retumbrar en las gradas del Fello Meza. El torneo apenas inicia, pero la afición sueña con un presente más alentador. Pudieron ser más. Eso sí, los primeros minutos ante la Tromba no fueron tan alegres para los locales, principalmente por los fallos propios en definición.
Los dueños de casa salieron frustrados al medio tiempo, tragando grueso y con un amargor profundo; no era para menos: tuvieron la oportunidad de abombar las redes fácilmente en cuatro ocasiones, y nada.
Dos mano a mano –uno de Hernán Fener y otro de Jossimar Pemberton–, un disparo de cabeza de Néstor Monge totalmente solo y un remate al palo de Kevin Vega en cobro de tiro libre... Ninguno de estos intentos culminó en gol y de ahí las caras largas de los brumosos.
Chope logró de nuevo que sus dirigidos dominaran la pelota a placer. Presionó y robó la pelota donde quiso. Incluso, su equipo no necesitó de pelotazos para llegar; todo lo contrario, abrieron las bandas, hicieron ver mal a la zaga caribeña con pelotas filtradas y generaron ocasiones, pero nada de esto sumó al marcador en la parte inicial.
Pero todo esto cambió en el complemento. La mirilla de los centenarios se ajustó y empezaron a llegar las alegrías para los de la Vieja Metrópoli.
Apenas en el 48’, Cristopher Núñez rompió la barrera y liberó a los suyos. El volante juvenil puso su cabeza ante un centro milimétrico de Paolo Jiménez, jugada elaborada por la derecha que terminó en festejo.
En el 60’, acción casi calcada: de nuevo Jiménez se combinó de buena forma y lanzó un servicio a la cabeza de Jossimar Pemberton. Juego sentenciado y un justo premio al accionar del club que jugaba mejor.
Los blanquiazules no perdieron la ambición y siguieron empujando para sacar más ganan-
Arbitraje
“A la Comisión de Arbitraje le pido que si hay que llevar a los árbitros a hacerse exámenes de la vista, que los lleven”. Director técnico de Limón FC
cia. En el 81’, Fener tuvo su recompensa luego de tocar una y otra vez la puerta. El argentino definió en solitario luego del servicio de Ronaldo Araya y se liberó de sus fallos.
El 3-0 fue más que justo, aunque bien pudieron ser cuatro, cinco y hasta seis tantos. Limón fue inofensivo e inoperante, mientras que Cartaginés fue todo virtud para acabar con sus malas rachas.
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Horacio Esquivlel