Corazón de oro con medalla de plata
▶ El 1-3 ante México nos dejó con un sabor agridulce, pero es un equipo que puede crecer ▶ La plata supera lo realizado hace cuatro años en Veracruz, donde se ganó un bronce
La ilusión estaba viva, un torneo casi perfecto puso a la Selección Nacional de Fútbol Femenino en la final de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 y la medalla de oro parecía un sueño al alcance de la mano.
El conjunto dirigido por Amelia Valverde había forjado su propia historia, superando incluso el bronce de las justas de Veracruz (México) en el 2014. Pero el despertar fue drástico, el 1-3 en la final nos dejó con un sabor agridulce, aunque también nos dejó la ilusión de saber que es un equipo que puede crecer y que promete un futuro halagüeño.
La entrenadora, Amelia Valverde, eso sí, no estaba contenta, y lamentó el descontrol de tres minutos.
“Quiero felicitar a las muchachas. En lo personal, estoy tranquila pero no satisfecha, creo que el partido estaba para algo más. En cinco minutos tuvimos desconcentraciones que nos costaron el juego.
”Hicimos una primera parte perfecta y en el segundo tiempo tuvimos unos descuidos, esto es así. Ya revisaremos qué fue lo que pasó, pero me siento muy orgullosa del grupo. Nos descuidamos, el empate fue un golpe duro y no supimos reaccionar”, confesó Valverde.
Pero, ¿quién dice que la Sele Femenina perdió?
Las derrotas siempre traen aprendizajes y esta en especial no puede ser la excepción, pues contó con dos jugadoras de 16 años (María Paula Salas y María Porras) que jugaron y anotaron, ocho legionarias y un grupo que va creciendo ante las ausencias de Carolina Venegas, Dinia Díaz Raquel Rodríguez y Shirley Cruz, quienes no estuvieron en las justas.
Este conjunto patrio, más que perder la medalla de oro, dejó constancia de que el fútbol femenino va por buen camino y por tanto requiere el apoyo de la afición y de los sectores deportivos del país.
Más allá de esta presea, se debe tener en cuenta que ellas necesitan condiciones para mejorar, y requieren un campeonato de mucho mejor nivel .
Incluso, este partido dio para soñar, cuando en el primer cuarto de hora, la Tricolor se fue arriba en el marcador, mediante Katherine Alvarado, quien cobró con acierto una pena máxima al minuto 15, luego de que Cristín Granados habilitó en el área a la defensora Gabriela Guillén y esta fue derribada por la portera Aurora Santiago.
Todo parecía estar encaminado a una nueva página gloriosa del fútbol nacional, hasta que llegó el complemento y vino el desconcierto en la zaga.
Charlyn Corral al 59’, Kenti Robles al 61’ y Katlyn Johnson al 62’, con sus goles, nos hicieron despertar y entender que se va por la senda correcta, pero que este grupo aún requiere más fogueos, mejor preparación y una liga con mejor estructura, como de la que hoy precisamente gozan las mexicanas apoyadas por los equipos de la Liga MX, con el fin de darle crecimiento y fortalecerlo para el futuro.