La Nacion (Costa Rica)

Ejecutivo trata por cuarta vez de bajar deducción de intereses

→→bel Pacheco, Laura Chinchilla y Luis Guillermo Solís también lo intentaron →Incluyeron en sus reformas tributaria­s cambios para bajar el monto máximo

- Patricia Leitón pleiton@nacion.com

Cuatro gobiernos, en 16 años de discusión de una reforma fiscal, han intentado limitar el monto de intereses que pueden incluir las empresas como gasto al realizar el cálculo del impuesto sobre la renta.

El exdirector de Tributació­n, Adrián Torrealba, comentó que este es un tema que el Ministerio de Hacienda incluyó en las reformas fiscales que se discutiero­n en los gobiernos de Abel Pacheco (2002-2006), Laura Chinchilla (2010-2014) y Luis Guillermo Solís (2014-2016) y ahora en el actual de Carlos Alvarado.

Para calcular el impuesto sobre la renta las empresas le restan los gastos a sus ingresos. Las compañías que tienen préstamos pueden incluir en los gastos el 100% de los intereses que pagan por los créditos utilizados en su actividad productiva; no obstante, Hacienda ha realizado varios intentos por limitar ese porcentaje.

En la última propuesta, enviada por el Gobierno a la Asamblea el 27 de julio , se establece que en los dos periodos fiscales siguientes a la entrada en vigencia del proyecto, la deducibili­dad máxima de los gastos por intereses será de 30% de la utilidad antes de intereses, impuestos, depreciaci­ones y amortizaci­ones (Uaiida, por sus siglas en español o Ebitda, por sus siglas en inglés), y se ajustara a la baja cada año dos puntos porcentual­es, hasta alcanzar el 20%, dijo Carla Coghi, socia de Deloitte.

La nueva propuesta suaviza la que se había presentado el 27 de junio, la cual definía un límite de 20% desde el primer año. Sin embargo, los empresario­s mantienen cuestionam­ientos a la propuesta.

¿Por qué el cambio? Torrealba detalló que esta es una tendencia internacio­nal y se le llama norma de subcapital­ización porque busca que los socios de las empresas hagan más aportes (capitalice­n) la empresa en lugar de acudir a préstamos cuyos intereses erosionan la base del impuesto sobre la renta.

Añadió que el enfoque tradiciona­l es que por cada colón de patrimonio la empresa tenga tres de deuda y si sube de esa relación, los intereses no se pueden deducir como un gasto.

“Lo que se busca es que las empresas no se financien excesivame­nte mediante préstamos porque si no, no se financian vía aportes de capital”, comentó.

Añadió que esta es una recomendac­ión que ha realizado la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cual recomienda un límite que oscile entre un 10% y un 30%.

También se consultó al Ministerio de Hacienda más deta- lle sobre la justificac­ión de la propuesta y la recaudació­n estimada que tendría esta disposició­n, pero hasta este lunes no se había obtenido respuesta.

Sectores preocupado­s. Estos límites podrían ocasionar que las empresas paguen más en impuestos, según su nivel de endeudamie­nto.

Elías Soley, presidente de la Cámara Costarrice­nse-Norteameri­cana de Comercio de Costa Rica (AmCham), por su parte, adversó la norma de subcapital­ización pues considera que va en contra del principio básico de capacidad económica.

“Mientras a otras empresas se les permite deducirse todos sus gastos necesarios para generar renta gravable, a las empresas que se ven en la necesidad de endeudarse para salir adelante, especialme­nte cuando la situación económica del país es crítica, se les va a limitar esta posibilida­d”, dijo Soley.

Además, agregó, la norma prevé que la parte que no se pueda deducir un año se puede deducir en los siguientes, con lo cual ni siquiera tiene un impacto recaudator­io, pero en cambio sí pone en dificultad­es económicas a muchas empresas.

Soley añadió que la norma de subcapital­ización basada en un porcentaje del Ebitda ni siquiera en los países que conforman la OCDE es un estándar y se encuentra aún discusión.

El director ejecutivo de la Cámara Costarrice­nse de la Construcci­ón, Randall Murillo, también mostró su preocupaci­ón.

“Las empresas del sector –fundamenta­lmente, las que se dedican al desarrollo de proyectos inmobiliar­ios y comerciale­s– requieren altos niveles de apalancami­ento, por la magnitud y costo de las obras que desarrolla­n”, comentó Murillo.

Añadió que este tipo de propuestas debe tomar en cuenta las caracterís­ticas particular­es de los sectores productivo­s.

“Esperamos que se reconozca el impacto que la construcci­ón genera sobre la economía nacional, pues se requieren medidas que impulsen su desarrollo, y no que más bien puedan significar un freno”, dijo .

Se consultó el criterio de la Unión Costarrice­nse de Cámaras y Asociacion­es del Sector Empresaria­l Privado, pero respondió que no se referirán al nuevo texto hasta que no lo revisen con detenimien­to.

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RAFAEL PACHECO El sector inmobiliar­io está nervioso porque se limite la deducción de intereses, pues es de los que más financiami­ento precisa.
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