Dylan Flores extraña el arroz suelto en Rumanía
▶ Asegura que clima y comida han sido las dos pruebas fuertes en esta aventura
Dylan Flores regresó al fútbol internacional. Ahora afronta una aventura en un país en el que aceptó el reto, pese a que al principio tuvo un gran signo de interrogación porque no conocía el fútbol al que se enfrentaría ni mucho menos a la nueva cultura, la de Rumanía.
El volante estaba mentalizado en tener un gran año con Alajuelense, pero faltando semana y media para que se iniciara el torneo, llegó la oferta del Municipal Studentesc Iasi rumano; el interés era importante y no dudó en aceptar.
La ambición por volver al exterior y además asegurarse un mejor futuro pensando en su hijo, Liam, fueron las razones por las que el extremo entabló conversaciones con la dirigencia eriza para salir de la institución, pese a llegar en este mismo mercado de fichajes.
Cuando surgió la posibilidad, el nacional comenzó a pensar en cómo sería la comida, el estilo de vida, el trato del rumano y el balompié. Él acepta que no conocía absolutamente nada y no le quedó más que recurrir a Google.
“Yo estaba muy a gusto en la Liga y eso me llevó a dudar, al final pensé mucho con mi esposa, mis papás, y tomando en cuenta el futuro de mi hijo, pues tomé la opción”, manifestó.
A Flores le ha ido bien; no obstante, ha tenido que acostumbrarse a dos situaciones complicadas: comida y clima.
El exjugador del Cartaginés se enfrenta en algunas ocasiones a entrenamientos a 30 grados Celsius, pero en cuestión de minutos puede llegar una tormenta eléctrica.
Actualmente disfrutan del verano; sin embargo, es una estación pasada por agua.
“Hace muchísimo calor, la verdad eso ha estado fuerte, pero cuando llueve es en serio la cosa. El clima es extraño porque en cuestión de minutos se pasa del calor al frío”, dijo.
Alimentarse se ha convertido en una de las principales pruebas para el mediocampista. La mayoría de platillos en el país europeo se componen de papas y camotes, entre otros. Además, encontrar arroz “suelto” como en Costa Rica es prácticamente imposible.
“La comida ha sido difícil, tienen muchas cosas que son tradicionales y obviamente para uno es nuevo. El arroz no lo hacen como nosotros, lo hacen como masudo, no cocinan con condimento, es a pura agua y por ahí sí me ha costado un poco, pero hay que comer”, describió.
Para Flores, llegar al fútbol de Rumanía significa la oportunidad de intentar consolidarse en el balompié internacional, además de volver a colocarse en el radar de la Selección.
“Es un balompié muy dinámico. Aquí el equipo tiene una idea muy ofensiva, intenta jugar, proponer, es bueno porque me beneficia”, concluyó.
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