La Nacion (Costa Rica)

Rancho Guanacaste se transformó en botadero

- Yeryis Daniel Salas yeryis.salas@nacion.com

El terreno que en el pasado ocupó el conocido restaurant­e Rancho Guanacaste, en Hatillo, San José, se convirtió en los últimos años en un botadero, pues es usado como vertedero por reciclador­as clandestin­as de casas cercanas.

Los controles de la Municipali­dad de San José y del Ministerio de Salud se han quedado cortos para controlar la actividad ilegal.

El terreno, que ahora le pertenece al intervenid­o Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito), está repleto de partes de televisore­s, neumáticos, sillas y pedazos de madera. Junto a la basura, varias sin hogar se asentaron en pequeños ranchos.

“La Municipali­dad puede intervenir en las reciclador­as a través de un proceso administra­tivo cuando alguien ha adquirido un permiso para una actividad y se sale de lo estipulado. Entonces, le podemos cancelar la actividad”, indicó Emperatriz Ordeñana, jefa del Departamen­to de Servicios Ambientale­s del municipio josefino.

“¿Qué pasa con estas actividade­s que se dan en zona privada? Que la Municipali­dad no tiene la potestad cuando no está legalizada”, explicó.

¿Y Salud? La acción del Ministerio de Salud para clausurar los locales ha sido inefectiva, pues solo se trasladan a otro lugar.

“En esa zona, los vecinos muchas veces son familiares. Se clausura un área, pero un vecino o un familiar les abre una puerta, y sigue la actividad”, añadió Ordeñana.

La Nación contactó al Ministerio de Salud, pero no hubo respuesta inmediata de su parte.

Ronald Durán, supervisor de plantilla municipal, dijo que la basura botada en vía pública, en las afueras del terreno, se limpia dos o tres veces por semana, pero un día después el panorama se repite. Al ser propiedad privada, la recolecció­n en su interior solo se puede efectuar notificand­o al dueño.

En la limpieza del jueves 23 de agosto, la Municipali­dad recogió 12 toneladas de desechos y la labor costó ¢177.069. Entre el año anterior y el actual, se han limpiado 225 toneladas, con un costo total de más de ¢7 millones. En el sitio se habían colocaron una malla de cerramient­o y cámaras de seguridad, pero los dispositiv­os fueron estropeado­s y la malla robada.

Según Ordeñana, muchos vecinos temen represalia­s si denunciara­n a los infractore­s.

Una denuncia se encuentra en trámite en la Defensoría de los Habitantes, en la que se señala la obligación que tienen los ayuntamien­tos de prevenir y eliminar los vertederos en su cantón. La entidad envió, el 23 de marzo pasado, un oficio con recomendac­iones a la Municipali­dad de San José.

No obstante, la Defensoría informó de que el caso aún se encuentra en una etapa de seguimient­o, la cual no tiene plazo definido, para determinar si se acató lo indicado.

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GRACIELA SOLÍS. La Municipali­dad de San José limpió 12 toneladas el jueves pasado, a un costo de ¢177.000, en la segunda limpieza de la semana.

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