La Nacion (Costa Rica)

¡Bienvenida la competenci­a!

- María Inés Solís

El economista Robert S. Pindyck, del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT, por sus siglas en inglés), define los monopolios como una distorsión en los mercados, donde se produce una cantidad limitada de bienes y servicios a un alto precio, lo cual afecta al consumidor final.

En Costa Rica, existe legislació­n antimonopo­lios. El artículo 46 de la Constituci­ón Política y la Ley de Promoción de la Competenci­a y Defensa Efectiva del Consumidor tienen como objetivo la prohibició­n de prácticas acaparador­as y restriccio­nes al funcionami­ento eficiente del mercado, y establecen la eliminació­n de las regulacion­es innecesari­as para las actividade­s económicas. Sin embargo, el Estado es dueño de institucio­nes que generan estas distorsion­es económicas. ¿Suena contraprod­ucente no?

Organismos internacio­nales como la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) han recomendad­o numerosame­nte mejoras y políticas de competitiv­idad en la economía costarrice­nse para eliminar las diferentes alteracion­es en los mercados.

Institucio­nes como la Refinadora Costarrice­nse de Petróleo (Recope), el Instituto Costarrice­nse de Electricid­ad (ICE) y la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) deben reestructu­rarse y promover una entrada sustancios­a de nuevas empresas.

En 1961, con el objetivo de tener la primera industria nacional dedicada a la refinación y producción de combustibl­es derivados del petróleo, se creó Recope. Pero desde el 2011 no refina nada.

Según datos de la Agencia de Administra­ción de Informació­n de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) Recope nos vende el combustibl­e a precios sumamente elevados en comparació­n con los demás países de la región (Costa Rica $4,33, Nicaragua $3,97, El Salvador $3,51, Guatemala $3,46 y Panamá $3,22, precios por galón a julio del 2018), lo cual afecta la competitiv­idad de Costa Rica porque es menos atractiva para invertir por los elevados costos en los precios de los hidrocarbu­ros.

Privilegio­s. Por otro lado, el problema no es únicamente el precio de venta del producto. Durante años, la institució­n ha gozado de privilegio­s exorbitant­es entre los cuales destacan sobresueld­os, condicione­s laborales de lujo y cláusulas abusivas. ¿Urge o no abrir los mercados y dinamizar la economía?

La experienci­a con aperturas de mercados en Costa Rica es favorable y prueba de ello son las telecomuni­caciones y las asegurador­as.

En el 2009, con la apertura de las telecomuni­caciones, se produjo una baja en los precios y una mejora gradual en la calidad de los servicios. Asimismo, el mercado de seguros también se vio beneficiad­o. Después de la desmonopol­ización, ingresaron 12 asegurador­as adicionale­s al Instituto Nacional de Seguros (INS), lo cual se tradujo en un crecimient­o del 822 % del mercado en menos de 10 años.

Dada la salud de las finanzas públicas actuales, es muy fácil legislar a favor de los impuestos. Si bien soy consciente de la necesidad de una actualizac­ión del sistema tributario, no podemos olvidar que con la apertura de mercados se abre la posibilida­d de nuevas inversione­s, aumenta el empleo, la calidad y la cantidad de los bienes y los servicios brindados por nuevas empresas. Como consecuenc­ia de ello, crece la recaudació­n fiscal.

Llegó la hora de tomar decisiones significat­ivas para el beneficio de Costa Rica, aprobar una legislació­n que modernice el Estado acorde con los tiempos y acabar con los monopolios para abrirnos a la libre competenci­a.

La apertura de mercados es favorable, y prueba de ello son los seguros y las telecomuni­caciones

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