Penalistas descartan legítima defensa en muerte de asaltante
→ Psicóloga afirma que la inseguridad y el estrés alteran los estados de ánimo
La agresión mortal que causó un hombre contra el sospechoso de robarle el celular, en Naranjo, no podría ser considerada como legítima defensa, según los penalistas Daniel Vega y José Miguel Villalobos.
Los juristas tampoco justifican que el agresor hubiese actuado bajo estado de emoción violenta, y más bien, atribuyen el ensañamiento a una conducta extrema e injustificada.
La psicóloga clínica Paola Vargas coincide con los juristas en el sentido de que hubo un ensañamiento desmedido contra el sospechoso del robo.
El hecho ocurrió el domingo anterior, a las 10:15 a. m., en la localidad de El Muro de Naranjo, cuando un hombre de apellidos McCarthy Vactor arremetió en la vía pública a puñetazos y patadas contra Carlos Andrés Matamoros González, de 33 años, a quien le reclamaba que le había robado el teléfono celular.
Matamoros murió ese mismo día a las 3:54 p. m. en el Hospital México, adonde llegó para que le hicieran un tac del cerebro.
Al examinarlo, los médicos detectaron que tenía un sangrado abdominal, por lo que lo operaron de emergencia. El deceso se produjo cuando estaba en la sala de recuperación. Delito. Contra McCarthy, el Juzgado Penal de Grecia dictó, el lunes, arresto domiciliario con uso de tobillera electrónica, mientras se le procesa por homicidio calificado. Solamente podrá acudir a su trabajo.
Para Daniel Vega, un asalto no implica que la víctima pueda tomar la justicia en sus manos, porque quien lo haga debe responsabilizarse de sus actos. En este caso, el hombre encara un delito que se castiga con penas de prisión que van de los 20 a los 35 años.
El abogado considera difícil acreditar el recurso de legítima defensa porque habría que demostrar que existió una agresión por parte del supuesto delincuente y que fue proporcional con el hecho de quitarle la vida, lo cual no se aprecia en el video que circula en redes .
“Si usted se defiende de la persona, la agresión termina, pero si usted sigue lesionando a la persona hasta que, eventualmente, le cause la muerte, ese resultado ya no se deriva de repeler el ataque, sino de una intención de matarla”.
Para él, posiblemente la sensación de impunidad que dicen tener muchos ciudadanos influyó para que quien se vio afectado por el presunto robo del celular actuara así, y ahora se expone a penas tan altas.
Más allá de defender al presunto delincuente, el abogado explicó que se debe evaluar cuándo se repele un ataque y cuándo se sobrepasa el fino límite que divide la legítima defensa con la comisión de un delito.
Igual criterio sostiene el penalista José Miguel Villalobos, para quien se trató de un “acto atroz”, ya que el dueño del celular atacó al otro hombre en el suelo, en estado de indefensión, y lo desnudó. “Parece un homicidio calificado porque lo mata después de una tortura cobarde y artera”, manifestó Villalobos.
De comprobarse los hechos que la Fiscalía le atribuye, dijo, quien defienda a McCarthy, lo único que puede hacer es buscar que se someta a un proceso abreviado para no ir a un juicio ordinario y optar de ese modo por una reducción de la pena.
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