Tuma revela que su regreso es por un fin benéfico
▶ Gilberto Martínez no entrenará con el equipo y solo se presentará a jugar
Gilberto Martínez está muy emocionado al desempolvar los tacos y volver al fútbol con el F. C. Calcio Acri, de la quinta división italiana. Lo que más lo ilusiona es que el contrato que firmó en esta oportunidad es por una razón distinta.
“Salió esta oportunidad, es una cuestión más de obra benéfica porque en realidad es para una asociación que ayuda a niños. Es una cosa que sentía y lo quería hacer, no es nada que regresé, porque el salario se dona a esta asociación”, explicó el defensor tico en charla con La Nación.
De hecho, esta vez todo es diferente, porque su presencia con el equipo será solamente los días de partido.
“Estoy inscrito, entre semana tengo mis cosas que hacer, solamente que el fin de semana uno aporta ese beneficio para la institución de ayudar (jugando). Pero el salario y esas cosas va directamente a la asociación”, dijo el jugador, quien el lunes cumplirá 39 años.
Cuando se dio a conocer que el zaguero retornaría a las canchas, la noticia dio de qué hablar en redes sociales y eso es algo que ni él mismo creía.
“No pensé ni que fuera a salir alguna nota porque es un equipo de quinta división, no pensé que le fueran a dar cobertura de esa manera, pero bienvenido sea. Haberle abierto el camino a muchos costarricenses que hoy están en Italia pienso que ha sido en parte por el buen trabajo que hice los primeros años que estuve acá”, mencionó.
“La asociación llegó a un acuerdo con la gente del club y funciona por meses o por años. Él lo hizo por una temporada; eso es lo que aportaríamos de momento. Ya después veremos cómo podemos ayudar de otra manera”, Priscilla Solano, esposa de Gilberto Martínez.
Retiro. Aunque en diciembre pasado había anunciado su retiro y este retorno es por un fin benéfico, Martínez no oculta que cada vez que entre a la cancha jugará con todo, como siempre, con ese estilo aguerrido de no dar ninguna bola por perdida que siempre lo caracterizó.
“Te soy sincero, siento las mismas cosquillas que cuando uno comenzó a jugar, las ganas siempre existen porque uno es competitivo y le gusta. Mientras el físico te lo permita, podés seguir, solo que ahora en una condición diferente”, citó.
En principio, él firmó por un año con el F. C. Calcio Acri.
“Después, ellos te brindan la opción de si querés seguir o hacer otra actividad, porque organizan varias actividades para aportarle a la asociación”.
La responsable de que él vuelva a jugar es su esposa Priscilla Solano, pues fue a ella a quien contactaron para que convenciera al Tuma.
“La fundación se llama Filo de Oro, es para personas y niños ciegos, sordos, mudos. Ellos necesitan un apoyo para poder salir adelante. Es una organización fundada en 1964 y ayuda a las familias con atención médica, con fisioterapeutas o psicólogos”, mencionó Solano. La quinta división de Italia es la que representa el paso entre el balompié amateur y el profesional en Italia. De hecho, es un torneo que se juega por regiones, es decir, utiliza un método similar al que usa Linafa en Costa Rica. La también conocida como Liga Excelencia posee 466 equipos y 28 regiones, y otorga 36 boletos a la Serie D, liga que ya compite en la misma llave de ascensos hacia la Serie A.
En el caso del plantel del tico, el Acri juega en la Excelencia Calabria, que agrupa a los equipos de la región sur de Italia; en ella hay 16 escuadras.
■ Los años que cumplirá Gilberto Martínez este lunes PERIODISTA
Escribo esta columna sin la autorización de Eliseo Quesada Campos, uno de mis jefes en la sección deportiva de La Nación, desde hace muchísimos años. Si se lo hubiera anunciado, estoy seguro que me lo habría impedido, pues nuestro querido Cheo, como le decimos, conserva códigos periodísticos que le impiden mezclar asuntos personales con las informaciones deportivas que se publican en este medio, donde ha desarrollado por décadas una extensa y meritoria labor.
Ha sido maestro de colegas que lo superamos en edad, como el suscrito, y forjador de decenas de jóvenes periodistas que han trabajado con él y desplegado tinta y talento en La Nación. Siempre he pensado que mucha de su casta periodística se ha orientado hacia las lecciones cotidianas para
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sus colaboradores, con apuntes, observaciones y correcciones certeras, tantas veces en medio del fragor de cierres de edición. En ese sentido, Eliseo ha postergado su lucimiento personal, pues dedica horas, días y desvelos en la sala de redacción, inmerso en tareas de concepción, planeamiento, edición y diseño, un proceso intelectual y de carpintería que, por lo general, se desempeña en silencio.
En una emotiva evocación familiar, Sarita, su hija mayor, quien sigue sus pasos en el periodismo, describe en Facebook la ilusión con que ella y sus hermanos esperaban al papá en la puerta de pasajeros del aeropuerto Juan Santamaría, a su regreso de las coberturas deportivas internacionales, en los años en que Cheo oficiaba de reportero. Sarita narra que, invariablemente, traía en su equipaje chocolates y otros obsequios para su amada familia, compuesta por Kattia, su esposa; Sarita, Gabriel y David.
Alto, rostro amable, sonrisa abierta e hilos plateados que asoman gradualmente en su cabellera, Cheo ha vertido su caudal de guía con respeto, buen tacto, decencia y, fundamentalmente, con su ejemplo de disciplina y constancia. La de ahora es una pausa en su trajín cotidiano, un compás de espera que aprovechamos quienes le conocemos para certificar ante los lectores, la dimensión humana de tan distinguido colega y maestro del periodismo. ¡Dale, Cheo, amigo, te estamos esperando!