La Nacion (Costa Rica)

Género y obesidad disparan la diabetes en la tercera edad

→El hecho de vivir muy lejos de un centro de salud es otro factor en contra →Hombres son los que más mueren por esta condición pues esquivan los controles

- Irene Rodríguez S. irodriguez@nacion.com

La diabetes es una de las enfermedad­es crónicas que más control necesita. Por eso, conforme la persona envejece, este mal aparece de manera más frecuente y es indispensa­ble que haya contacto permanente con los servicios médicos.

Sin embargo, eso no ocurre. Existen barreras, muchas veces culturales, que impiden a algunas personas buscar y recibir esta atención.

Eso fue lo que reveló un estudio conjunto del Centro Centroamer­icano de Población (CCP), del Instituto de Investigac­iones en Salud (Inisa) y de la Escuela de Promoción de la Salud, todos de la Universida­d de Costa Rica (UCR).

Hay tres barreras o inequidade­s principale­s: la obesidad (factor de riesgo para otras enfermedad­es como la hipertensi­ón), ser hombre y vivir lejos de un centro de salud, y Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis).

Las investigad­oras Carolina Santamaría Ulloa, del Inisa, y Melina Montero López, de la Escuela de Promoción de la Salud, presentará­n los resultados del estudio en el Simposio Mundial de Investigac­ión en Sistemas de Salud 2018 (HSR, por sus siglas en inglés), que se realizará la próxima semana en Liverpool, Inglaterra. En el trabajo también participó Luis Rosero, del CCP.

“Pudimos ver que uno de cada cinco adultos mayores tenía diabetes. Esta cifra es mayor a la del resto de la población, pues el riesgo de desarrolla­r la enfermedad aumenta conforme se envejece, según el estilo de vida que se ha tenido. Por eso es que las personas con más obesidad tienen mayor riesgo”, apuntó Santamaría.

Y añadió: “Esta población en particular, sobre todo los mayores de 75 años, son sobrevivie­ntes. Ellos nacieron antes de que se creara la Caja (Costarrice­nse de Seguro So- cial, CCSS) y sobrevivie­ron a un montón de infeccione­s y condicione­s que nosotros no tuvimos que afrontar pues teníamos un sistema de salud más consolidad­o. (Y) posteriorm­ente, también han afrontado cosas a las que también nosotros estamos ‘sobrevivie­ndo’, como el sedentaris­mo y la comida ‘chatarra’, esos hábitos pasan la factura”.

Consejos. Montero expresó que “en nuestras recomendac­iones está el tener acciones enfocadas en políticas públicas que se inicien con niños y adolescent­es, donde se le dé importanci­a a hábitos para evitar la obesidad”.

Para Santamaría, lo del estilo de vida es vital.

“No hay componente genético en la diabetes tipo 2; tampoco es algo contagioso. Uno escucha que familias dicen que en su casa todos son diabéticos, pero no es por herencia, es por un asunto de que se comparten hábitos y estos hábitos pueden llevar a la enfermedad”, señaló.

Sexo y residencia. De acuerdo con el estudio, los hombres mayores son a quienes menos se les diagnostic­a y, por ende, muchos no están en tratamient­o; también son los que más mueren por esta condición de salud. “Si vemos una lista de la muertes prematuras, muchas son de

“PUDIMOS VER QUE UNO DE CADA CINCO ADULTOS MAYORES TENÍA DIABETES. LA CIFRA ES MAYOR AL RESTO DE LA POBLACIÓN, PUES EL RIESGO DE DESARROLLA­R LA ENFERMEDAD AUMENTA CONFORME SE ENVEJECE, SEGÚN EL ESTILO DE VIDA QUE SE HA TENIDO. Investigad­ora del Inisa

hombres que tenían diabetes o sufrían las consecuenc­ias de esta”, destacó Santamaría.

La científica explicó que “no hay nada en el hombre que lo haga biológicam­ente más propenso a la diabetes; no existe. Pero sí se ha visto que ellos asisten mucho menos a los servicios de salud. Es algo social y cultural; es el ‘macho’ que dice sentirse bien siempre, pero tal actitud perjudica su salud”.

Montero añadió: “También debemos trabajar con los hombres, educarlos, hacerles llegar la informació­n y que entiendan las consecuenc­ias de no buscar ayuda médica”.

Según las investigad­oras entrevista­das, otra barrera por derribar para lograr el acceso al diagnóstic­o y tratamient­o es el lugar de residencia.

En el transcurso del trabajo se observó que, si la persona puede movilizars­e hasta el centro de salud más cercano en media hora o menos, las estadístic­as de diagnóstic­o y control de las enfermedad­es son buenas. Sin embargo, no pasa así si el paciente debe invertir más tiempo en el desplazami­ento.

“No es un asunto de acceso al sistema de salud, porque a todos los adultos mayores los cubre el seguro. Es un asunto de la distancia con los servicios, eso nos aleja de que haya atención para todas las personas”, evidenció Santamaría.

Para Montero, “tratar el problema de salud es complejo. Realizar visitas domiciliar­ias no siempre es posible, hay ATAPS (Asistentes Técnicos de Atención Primaria en Salud) que no alcanzan a hacer las dos visitas domiciliar­ias al año. Debemos identifica­r quiénes son los más vulnerable­s”.

Las dos investigad­oras estiman que presentar este tema en el simposio de Liverpool las ayudará a aprender cómo en otros países abordan estas realidades, para que así la detección temprana y tratamient­o correcto de la diabetes lleguen a quienes lo necesiten.

Carolina Santamaría

 ?? MAYELA LÓPEZ ?? Melina Montero (Escuela de Promoción de la Salud) y Carolina Santamaría (Inisa), son las investigad­oras de la Universida­d de Costa Rica (UCR) que expondrán la investigac­ión en el Congreso Mundial de Investigac­ión en Sistemas de Salud, que se celebrará en Liverpool.
MAYELA LÓPEZ Melina Montero (Escuela de Promoción de la Salud) y Carolina Santamaría (Inisa), son las investigad­oras de la Universida­d de Costa Rica (UCR) que expondrán la investigac­ión en el Congreso Mundial de Investigac­ión en Sistemas de Salud, que se celebrará en Liverpool.
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