Deslizamientos ensanchan cráter del volcán Turrialba
→ Ducto se obstruyó y esto ocasionó las erupciones explosivas de 5 y 10 de octubre
Grandes desprendimientos de la pared sur del cráter activo del volcán Turrialba obstruyeron y formaron un sello en el ducto o chimenea, el cual se convirtió en la causa de las dos erupciones explosivas registradas el viernes 5 y el miércoles 10 de octubre.
El vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), Eliécer Duarte, estuvo en la cima de ese volcán el 9 de octubre y encontró fragmentos sólidos de hasta 25 centímetros que fueron a caer a 100 metros del cráter, en la primera de esas explosiones.
Además halló marcas del impacto en medio de la capa de cenizas y material de grano más grueso que quedó en la superficie cercana.
La señal sísmica de esas explosiones no evidenciaba el paso de materiales desde el sitio donde está la lava o magma y eso lo confirmó la visita del científico al volcán. Él constató que el material expulsado no es nuevo, sino que se trata de fragmentos de paredes cratéricas que cayeron al fondo.
Voladura. Cientos de metros cúbicos de la pared sur cayeron al fondo y se formó un tapón en la salida de los gases, a unos 200 metros de profundidad. Eso fue lanzado en las recientes erupciones explosivas. “Cada pedazo de esa pared que colapsa supera los 15 metros de frente por 15 de fondo, por lo que los conductos quedan sellados, pero una vez que la presión del fondo supera ese peso, sale la voladura como la que vimos el 5 de octubre”, dijo.
Según el especialista, como las paredes están muy alteradas es probable que este fenómeno se repita, ya que la actividad volcánica genera un tremor o vibración que él pudo percibir en su visita cuando colocaba el trípode en el suelo para captar imágenes con la cámara. Además, la acción de las lluvias, los químicos y la gravedad llevan a la caída de material y al ensanchamiento del cráter.
El científico afirmó que un sonido similar al de turbinas de avión persiste en la cima y se acentúa cuando hay algún taponamiento parcial en el ducto del volcán.
“Las paredes que se desprenden están formadas por capas que, al caer al fondo, se pulverizan. Lo que uno llega a hacer luego al sitio es un trabajo casi forense, tratando de dilucidar la génesis de los fragmentos expulsados. La mayoría son partes de paredes porque tienen una capa que es como una costra amarillenta y desprendible, típica de la acción de los gases” explicó.
Esto es distinto a lo visto en otras erupciones donde el material expulsado es nuevo o juvenil, porque viene desde el fondo y trae material que se deforma en el trayecto, como las llamadas escorias y las bombas fusiformes que son alargadas y ovaladas. En este caso, ninguna era así.
Otro hallazgo de la reciente visita es que con la caída del material quedaron expuestas varias fumarolas en la pared sur, cuyos gases producen descomposición rápida.
Esas fumarolas se ven tanto en la parte interna, como en la externa, lo que quiere decir que está sometida a una rápida erosión, es decir colapsa la capacidad de sostén que tiene.
Muchas de esas fumarolas se formaron con la actividad del 2007, después de enjambres sísmicos que agrietaron la cima. Los gases no podían pasar juntos por el conducto principal y buscaron las porosidades de las paredes.
Según Duarte, también permanecen devastados y sin signos de reverdecimiento los territorios cerca de las fincas La Silvia y La Picada, que años atrás, estaban cubiertos de bosque y pastos verdes.
El domingo pasado a las 5:12 p. m. los sismógrafos registraron una nueva explosión energética y hubo otra el lunes 15 de octubre a las 6:16 a. m. El lunes se pudo ver una pluma de cenizas y gas de casi 1.000 metros de altura a las 6:16 a. m.
■ REDACCIÓN. El médico emergenciólogo y jefe del servicio de Emergencias del Hospital Tony Facio, en Limón, Albert Brown Gregory, y la enfermera instrumentista, epidemióloga puntarenense María Cecilia Barrantes Marín, formarán parte de la misión médica humanitaria que realizará el buque hospital estadounidense USNS Comfort, entre los meses de octubre y diciembre, en Ecuador, Perú, Colombia y Honduras. El USNS Comfort es uno de los dos buques hospital de la clase Mercy que posee la Marina de los Estados Unidos de América y brinda servicios en el Océano Atlántico. La Caja del Seguro Social (CCSS) indicó que ambos poseen experiencia en procesos de coordinación y manejo de situaciones de emergencia y desastres y son parte del Equipo Médico de Emergencias (EMT).