La Nacion (Costa Rica)

Se duplican los asesinatos de mujeres ligados al narco

En 11 meses de 2017 hubo 6; este año se registran 13, según Policía Judicial

- Eillyn Jiménez B. eillyn.jimenez@nacion.com

El 21 de setiembre anterior una mujer de 27 años murió luego de recibir cinco balazos cuando se encontraba en vía pública en Aserrí, San José.

De acuerdo con las investigac­iones del caso, dos sujetos a bordo de una motociclet­a pasaron cerca de la casa de la fallecida, quien se encontraba fuera de esta, y dispararon en varias ocasiones.

Pese a que fue trasladada al Hospital San Juan de Dios, en el centro de la capital, falleció poco después de su ingreso, debido a las heridas que recibió en la cabeza y los brazos.

Tres días después del hecho, la Policía Judicial informó de que pese a que la víctima no tenía expediente judicial, al parecer, el crimen estaría relacionad­o con la lucha de territorio­s para la venta de droga.

La muerte de la mujer es solamente una de las 13 que se presentaro­n entre el 1.° de enero y el 28 de noviembre de este año y que el Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) vincula con el narcotráfi­co y la delincuenc­ia organizada.

Ese cuerpo judicial detalló que en un año la cifra de mujeres fallecidas por casos de ese tipo se duplicaron, ya que según sus estadístic­as, en el mismo periodo del 2017 hubo seis.

Para Verónica Pérez, analista criminal de la Oficina de Planes y Operacione­s (OPO) de la Policía Judicial, los números son un reflejo de que la presencia de mujeres en organizaci­ones criminales está comenzando a tomar fuerza.

Los motivos que provocan esta situación, agregó la especialis­ta, son diversos, ya que puede ir desde una carencia de recursos hasta la pertenenci­a a una narcofamil­ia.

“Se trata de razones multifacto­riales, desde narcofamil­ias, donde ya hay toda una estructura en la que hijos, sobrinos y quizá nietos van a dedicarse a la venta de droga, hasta la necesidad económica.

“También puede tratarse de falta de fuentes laborales en zonas rurales o de la convivenci­a en comunidade­s con estado vulnerabil­idad”, explicó Pérez.

La experta también considera que el traslado de grupos de familias del área metropolit­ana a proyectos de vivienda en zonas rurales, podría ser otro factor que incide en la migración o el surgimient­o de bandas organizada­s en esos sitios.

Asimismo, la falta de accesibili­dad a las mismas oportunida­des laborales y de estudio que se tienen en la Gran Área Metropolit­ana (GAM).

Más violencia. Por otra parte, aunque se prevé que el 2018 cierre

“EL HOMICIDIO NO ES UN FENÓMENO TANGIBLE NI MEDIBLE, POR LO CUAL 584 VÍCTIMAS ES UNA APROXIMACI­ÓN QUE VA A DEPENDER DEL FACTOR HUMANO Y DE CÓMO SE DESARROLLE­N LOS DÍAS QUE FALTAN PARA CONCLUIR EL

’’ AÑO 2018.

Verónica

Pérez

Analista criminal del OIJ

“POR DIVERSOS MOTIVOS, COMO LA INGESTA DE ALCOHOL, DICIEMBRE ES UN MES DIFÍCIL QUE SE CARACTERIZ­A POR SER MUY VIOLENTO. SIN EMBARGO, ESPERAMOS CONTENER LA ACELERACIÓ­N DE HOMICIDIOS QUE SE HA

’ ’ DADO DESDE EL 20 12. Michael

Soto

Ministro de

Seguridad

con menos homicidios que los últimos cinco años, Pérez considera que la violencia con la que las personas son asesinadas ha venido en aumento.

Este año, de mantenerse el promedio diario de 1,6 crímenes registrado­s hasta el 28 de noviembre, se cerraría con aproximada­mente 584 personas fallecidas por hechos de ese tipo.

No obstante, la analista criminal insistió en que esa cifra puede variar.

“El homicidio no es un fenómeno tangible ni medible, por lo cual 584 víctimas es una aproximaci­ón que va a depender del factor humano y de cómo se desarrolle­n los días que faltan para concluir el año”, precisó.

En tanto, el ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, destacó que en diciembre el trabajo de los cuerpos policiales se enfocará en contener la violencia, que suele aumentar.

“Por diversos motivos, como la ingesta de alcohol, diciembre es un mes difícil que se caracteriz­a por ser muy violento. Sin embargo, esperamos contener la aceleració­n de homicidios que se ha dado desde el 2012 y cerrar el año con menos casos y con una tasa por debajo de 12 por cada 100.000 habitantes”, expresó el jerarca policial.

Hasta el pasado jueves 6 de diciembre se registraba­n 552 asesinatos en Costa Rica, 51 menos del número total con el que cerró el 2017, cuando hubo 603.

De esa cantidad de fallecidos, 89 perecieron en crímenes múltiples (50 en dobles, 27 en triples y 12 en cuádruples), lo cual para Pérez es muestra del incremento de la violencia.

“Tenemos un aumento en los homicidios triples y cuádruples. De los primeros, hasta el 28 de noviembre del 2017 contabiliz­amos cinco y, en el mismo periodo de este año, ya llevamos cuatro más. De los cuádruples, registramo­s dos casos, ya que tenemos tres para este 2018 y el año pasado era solo uno.

“Eso refleja más violencia porque en un solo evento le quitamos la vida a más personas y, si hacemos un análisis de estos casos, vamos a ver que de los nueve asesinatos triples, siete están relacionad­os al narcotráfi­co y la delincuenc­ia organizada”, aseveró Pérez.

También manifestó que los ajustes de cuentas y venganzas vinculadas al narco aumentaron. Ese móvil medió en 244 asesinatos, de los que 170 que se relacionar­on con drogas.

Añadió que cuando un caso se vincula a estructura­s criminales es porque hay conocimien­to de campo de los investigad­ores, quienes detectan lucha por territorio­s para la venta de droga o hechos en los que los vendedores terminales quedan en deuda con los proveedore­s.

Números rojos. Los datos del OIJ también posicionan a Limón, Alajuela y San José como las provincias donde se concentran los homicidios múltiples que se han dado en los primeros 11 meses de este año.

Por ejemplo, en Limón se han atendido cuatro crímenes triples, en Alajuela tres y en San José dos. En tanto, de los cuádruples se ha atendido uno por provincia.

Asimismo, el mes más violento de este año ha sido enero, con un total de 58 víctimas, seguido de mayo con 57.

Finalmente, los investigad­ores también han detectado un aumento en el uso del arma blanca a la hora de cometer los homicidios.

“Tenemos 20 casos más en donde se usó un arma blanca, eso connota la violencia que existe cuando se ejecuta a una persona, ya que se ubican víctimas descuartiz­adas o decapitada­s”, puntualizó Pérez.

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ARCHIVO Necesidade­s económicas o circunstan­cias de convivenci­a son parte de los factores que hacen a algunas mujeres a vincularse con el narcotráfi­co.
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