Al menos 100 subalternos ganan más que el jerarca en cinco ministerios
¢2,5 mills., promedio, de jefe Solo en cuatro entidades el ministro es quien percibe el mayor sueldo Anualidades, dedicación... Funcionarios aumentan ingresos por diversos incentivos salariales
“Debería de respetarse el principio de que, a más responsabilidad, mejor salario, y en el caso del Gobierno Central, eso no se cumple (...)”. ALFREDO HASBUM DIRECTOR DEL SERVICIO CIVIL
En el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) hay 369 funcionarios, casi la mitad de la planilla, que reciben un salario superior al del ministro, Renato Alvarado.
La cifra es mayor en Justicia y Paz, donde 456 trabajadores ganan más que la jerarca, Marcia González.
Esa misma historia se repite, con menor magnitud, en otros tres ministerios, donde al menos 113 colaboradores reportaron un sueldo superior al del ministro. Puntualmente, en Hacienda, Salud y Cultura.
Así se desprende de un análisis que realizó La Nación de las planillas con los salarios brutos de 23 ministerios (o entidades cuyo jerarca tiene rango de ministro) y de la Presidencia de la República, de julio pasado.
Del total de instituciones estudiadas, solo en cuatro el ministro es quien percibe el mayor salario. Tales son los casos de Epsy Campbell, en la Cancillería –excluyendo el Servicio Exterior–; Juan Carlos Mendoza, en Comunicación; Hernán Solano, en Deportes; y Victoria Hernández, en Economía.
Mientras, en la Casa Presidencial tampoco se reportó que alguien gane más que el mandatario Carlos Alvarado, cuyo salario es de ¢5 millones.
En los 14 ministerios restantes, desde un funcionario y hasta 49, reciben un ingreso mayor que el jerarca. En promedio, el salario de un ministro ronda los ¢2,5 millones.
Por ejemplo, en el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) hay 49 colaboradores que tienen un sueldo superior a la presidenta ejecutiva, María Amalia Revelo (¢2,7 millones), quien ostenta rango de ministra.
¿Por qué ganan más? Si bien, en la mayoría de los casos, los jerarcas Brecha salarial son quienes tienen los salarios base más altos, sus subalternos engrosan sus ingresos a base de incentivos, y es allí donde nace la disparidad.
Especialmente, el disparador es la anualidad, un plus al cual los funcionarios pueden acceder cada año, si reciben una evaluación satisfactoria de su desempeño, y se va acumulando con el paso de los años trabajados para el Estado. El 99% de los trabajadores recibe ese beneficio, casi de manera automática.
Otros incentivos que inciden son la carrera profesional, que se da según los títulos universitarios, y la dedicación exclusiva o prohibición, que es una compensación por no ejercer la profesión fuera del Gobierno.
Además, los médicos, odontólogos, psicólogos y veterinarios al estar cubiertos por la Ley de Incentivos Médicos, reciben anualidades y ajustes salariales por encima del resto de funcionarios. R VEA NOTA ANEXA
Actualmente, el Estado gasta más en pluses que en sueldos. Por cada ¢100 desembolsados en sueldos base, se giran ¢103 por incentivos, según consignó Hacienda en el plan de Ley del Presupuesto Nacional para el 2019.
Los cinco casos. Justicia es el ministerio donde se registró el mayor número de funcionarios con salarios superiores al del jerarca. En total, 456 personas ganan más que Marcia González, es decir, el 9% de la planilla (5.232).
La diferencia, en gran medida, se da porque ella renunció al cobro de incentivos y solo recibe un sueldo de ¢1,3 millones mensuales, es decir, la mitad del salario promedio de un ministro.
Además, el factor anualidad hizo que los nueve mejores sueldos brutos sean de médicos y odontólogos, quienes devengan entre ¢3,8 millones y hasta ¢4,5 millones. Todos reciben más dinero por ese incentivo, que por concepto de salario base.
En Agricultura, ocurre algo similar que en Justicia: hay 369 trabajadores que reciben una remuneración mayor que el ministro Alvarado.
Ese número representa el 42% de la planilla del MAG. Incluso, tres funcionarios, solo en anualidades, perciben más que el salario total de Alvarado.
Él recibe ¢1,3 millones al mes, pues no acumula anualidades y, además, no cumple con los requisitos para cobrar el incentivo por prohibición, el cual equivale al 65% del salario base.
Ese plus solo se concede a quienes ejercen profesiones liberales, y no a quien posee un título en filosofía, como es el caso del jerarca del MAG.
En Hacienda hay 179 funcionarios que ganan más que la ministra Rocío Aguilar, cuyo salario es de ¢2,2 millones, o sea, el 6% de la planilla (2.888).
En el caso de Aguilar, su salario podría ser mayor, ya que aún no certifica el tiempo servido en otras instituciones del Estado, con lo cual podría cobrar anualidades. Ella fue secretaria Técnica del Consejo Nacional de Concesiones y Contralora General de la República.
En Salud, el cálculo se hizo con el salario que percibió Giselle Amador, quien renunció el pasado 23 de noviembre.
Ella recibía una remuneración de ¢3,4 millones, con todos los incentivos del ley: anualidades, prohibición y carrera profesional. Sin embargo, por encima suyo había 118 funcionarios que ganaban más. Es decir, el 5% de la planilla del ministerio (2.333 colaboradores).
Amador había decidido renunciar temporalmente a su pensión, porque el salario como jerarca es superior.
Finalmente, está el Ministerio de Cultura y Juventud, donde el 18% de los 621 empleados, es decir, 113, tienen un salario mayor que la jerarca Sylvie Durán, quien solo recibe incentivo por anualidad.
Durán no califica para cobrar prohibición (65% de su salario base), pues no ejerce ninguna carrera liberal. Ella tiene un título en artes dramáticas y una maestría en gestión, políticas culturales y desarrollo. Y además, no solicitó el pago por carrera profesional y dedicación exclusiva.
En total, su remuneración es de casi ¢1,5 millones.
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“DEBERÍA DE RESPETARSE EL PRINCIPIO DE QUE, A MÁS RESPONSABILIDAD, MEJOR SALARIO, Y EN EL CASO DEL GOBIERNO CENTRAL, ESO NO SE CUMPLE. HAY UNA BRECHA Y MIENTRAS NO SE CORRIJA, CADA VEZ SERÁ PEOR, ESTAMOS UTILIZANDO SALARIOS DEL 2011. Alfredo Hasbum
Director del
Servicio Civil