¡No mezclar fútbol y política!
No entiendo al pueblo brasileño. Elegir a un fascista incendiario a guisa de presidente.
Un militarote que estuvo 17 años en la Academia de las Agujas Negras, donde alcanzó el rango de capitán, y fue descrito como “ambicioso, violento y agresivo”.
Jair Messias Bolsonaro se ha tomado en serio su nombre de “Mesías”, y anuncia proyectos tan disparatados como el asolamiento de la Amazonia para exportar maderas preciosas y explotar el petróleo de la región. Sería un verdadero ecocidio, un crimen de lesa humanidad, una herida mortal para el único pulmón que le resta al planeta.
El técnico de la Verdeamarela, Tite, ha rehusado reunirse con él, como también rechazó reunirse con Michel Temer meses atrás.
Con esta actitud —que aplaudo y celebro—, Tite rompe la degradante tradición de los técnicos que, cual lacayos de la corte, tenían que ir a presentar sus respetos a los presidentes de turno.
“No se mezcla el deporte y la política. El deporte viabiliza valores morales, éticos, humanos, competitivos: justo lo contrario de la política” —dijo, egregiamente—.
Pero cuidado, amigo, que ya este tipo de heroicas y valientes posiciones han sido severamente castigadas en Brasil.
El técnico Joao Saldanha —intelecto privilegiado, escultor de la Auriverde de 1970, el mejor equipo de todos los tiempos— era hombre de izquierdas y discrepó del sanguinario dictador Garrastazu Médici.
Este le exigió incluir a ciertos jugadores en la selección, y Saldanha contestó: “Yo no le digo a usted quiénes deben estar en su gabinete”.
Médici lo hizo sustituir por Mario Lobo Zagallo apenas tres meses antes del campeonato mundial en México. El Lobo se desempeñó magníficamente en su rol; sin embargo, la estructura del equipo había ya sido consolidada por Saldanha.
Me gusta Tite. Su fútbol, su integridad, su coherencia filosóficaexistencial, su temperamento bravío y apasionado. Solo resta esperar que el megalómano de Bolsonaro no disponga de él a fin de poner a alguno de sus acólitos al frente de la Seleçao.
Puede esperarse cualquier cosa de este psicópata glorificado, gorila formado en el fragor de los cañones y la ríspida risotada de las ametralladoras.
Un individuo peligroso para Brasil y para el mundo entero. ¡Adelante, Tite, pero cuida tus espaldas!
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